La revancha de Abel
No sé usted, pero yo estoy cansado de las narco-novelas. Estoy harto de esas producciones vacías y despreciables que se lucran del dolor ajeno para estimular el morbo del público y reclamar por ventanilla los pesos usufructuados sobre la sangre ajena que RCN ni Caracol vieron correr, pero a la que le extraen ganancias con un repugnante apetito voraz. Por ello, la polémica de esta semana alrededor de los “Tres Caínes” me embarga de optimismo, pues por primera vez estamos frente a una audiencia crítica que se levanta para decir “¡Basta!” y hacer respetar la memoria de las víctimas de nuestras guerras pasadas.
RCN, con su terquedad clásica que ya no debe sorprender a nadie, insiste en mantener la novela al aire alegando un torrente de sandeces que ni ellos mismos se creen. Que 200 personas quedarían sin trabajo, que eso iría contra la libertad de expresión, etc, excusas huecas que ocultan la verdadera intención: es la serie con mayor sintonía del país, ergo da dinero y eso es lo que realmente importa. No entiendo cómo los productores de ese canal pueden dormir tranquilos con una conciencia que da asco y un alma vendida hace rato al rating, ese demonio ambicioso por el que todo vale.
Gustavo Bolívar es un buen hombre que a través de las redes sociales ha impulsado interesantes iniciativas contra la ávida corrupción política, pero esta vez resbaló con su propio éxito y presionó con su libreto una herida abierta que aún se desangra. Gustavo, ya reconoció que se equivocó, ahora sea coherente y enmiende el error exigiendo la cancelación inmediata de la historia. Como escritor entiendo que sea difícil enterrar la trama y los personajes que usted mismo dio a luz, pero no permita que un share pasajero empañe la proyección de su carrera.
Las novelas no son el registro histórico de Colombia, no seamos cretinos, nadie nombró a RCN ni a Caracol como los guardianes de la memoria colectiva para que se crean con el derecho de restregarnos las andanzas de los mafiosos de este país contra la pantalla cada noche. Su mezcolanza de ficción y realidad difumina peligrosamente la verdad al son de las amarillistas canciones melancólicas que tanto les gusta usar en cada capítulo.
Aplaudo a las empresas que se han unido a esta campaña retirando sus pautas publicitarias. Ojala logremos que no se alabe más al hermano asesino, sino que se conforte al hermano víctima. Juntos podemos castigar a Caín y conseguir la revancha de Abel.
Obiter Dictum:Me llegó una carta de Gas Natural diciendo que si no los acompaño en una visita de revisión el 4 de abril, entre las 7 am y la 1 pm, me suspenderán el servicio. Pregunto a la Superintendencia de Servicios Públicos, ¿pueden estas empresas imponer una espera de 6 horas laborales a los usuarios o deben cuadrar citas con ellos? Aviso desde hoy que por compromisos profesionales no asistiré a la visita y ya tengo mi tutela lista si esa noche no puedo encender la estufa. Al consumidor se le debe respetar, señores.
@FuadChacon