FUAD GONZALO CHACÓN | El Nuevo Siglo
Domingo, 20 de Enero de 2013

Kilómetros de oro verde

 

Siempre hemos vivido convencidos de la gran biodiversidad que posee nuestro país y es por las trampas mismas de la abundancia que nunca hemos sido capaces de apreciar lo afortunados que fuimos en el reparto ecológico primigenio. El exceso de belleza con el que se bendijo a los parajes de esta nación nos volvió miopes y catalizó la inevitable devaluación del sentido de pertenencia en cada cual. Creemos que tanto esplendor siempre estará ahí y no nos hemos preocupado lo suficiente por protegerlo.

Las multinacionales entienden muy bien este fenómeno y le han sabido exprimir hasta la última gota de dinero a monumentos naturales indefensos. Ellas comprenden la dinámica de los negocios y por ello tramitan dudosas licencias ambientales a toda velocidad, financian a influyentes amigos políticos para que les respalden como caballería ligera y afilan las mandíbulas de sus bravuconas maquinarias para darle el zarpazo millonario a la tierra en la primera oportunidad.

El Páramo de Santurbán libra una lucha sin cuartel con su reciente declaratoria como parque regional natural, un merecido descanso tras el infatigable acoso al que se le venía sometiendo por el oro que resguarda. La fábrica de agua de Santander puede sentirse segura un día más, pero no debe bajar la guardia porque los buitres mineros seguirán a la espera de un flaqueo de la autoridad o un esguince de la norma para atacar. Son especialistas en saqueos intempestivos que no dejan rastro y un decreto no los va a detener por mucho tiempo.

Mientras tanto, el Parque Tayrona hierve a fuego lento en una vorágine de promesas rotas y culpas repartidas entre políticos. Todos tienen responsabilidad y escudados con ese insulso telón de señalamientos y lavadas de manos van a terminar construyendo el hotel que tanto sueñan por aquellas tierras. Vaticino desde ya una traición impía contra ese suelo ancestral.

Es imperativo reforzar el Ministerio de Ambiente y dotarle con dientes significativos para hacerles frente a estas nuevas amenazas que se ciernen sobre los tesoros que esconden nuestras montañas. No puede seguir teniendo el trato de una cartera de segunda categoría porque la cruzada que tiene por delante para salvaguardar nuestro patrimonio natural es de primera necesidad.

Nos hallamos ante un momento coyuntural decisivo, donde la locomotora del dinero impactará de frente con la del equilibrio ecológico y tendremos que escoger a qué bando pertenecer. No podemos sacrificar nuestro futuro por el hambre desaforada de las arcas de unos pocos. Ayer fue Santurbán, hoy es el Tayrona, mañana será algún otro olvidado kilómetro de oro verde que nunca volverá y en su lugar sólo quedará la melancolía del vacío.

Obicter Dictum. En una misma semana, Santos intervino activamente sobre la masacre de los Pascuales en Usaquén, implantando un Consejo de Seguridad, y el robo de la recién nacida, ofreciendo recompensa de $ 30 millones. Ambos casos pertenecían a la jurisdicción de Petro como alcalde de Bogotá, ¿estaremos entonces ante una lenta e imperceptible estrategia de control y sustracción de protagonismo?

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@FuadChacon