Fracking… ¿sí? | El Nuevo Siglo
Domingo, 11 de Noviembre de 2018

RECIENTEMENTE el país despertó con una noticia muy importante que por fortuna no ha pasado desapercibida para la opinión pública.  En efecto, hace un par de semanas se conoció la solicitud que hiciera el presidente de Ecopetrol a la Agencia Nacional de Licencias Ambientales, ANLA, seis meses atrás, buscando que se le concediera la primera autorización para realizar un Plan Piloto de exploración de crudo en yacimientos no convencionales, mediante la opción del fracking, que es la fracturación hidráulica de las rocas profundas.

Según la petrolera dicho plan se llevaría a cabo en el Magdalena Medio en una zona donde convergen las formaciones geológicas La Luna y Tablazo, la cual tiene una extensión de 150 kilómetros de norte a sur y 60 kilómetros de oriente a occidente, abarcando territorio de siete departamentos, que no son poca cosa.

Se busca con dicha estrategia adquirir los conocimientos necesarios para elaborar la normatividad que permita explotar esos yacimientos.

También en la presente semana conocimos la iniciativa de la ministra de Minas y Energía, María Fernanda Suárez, de crear una comisión interdisciplinaria de especialistas para que hagan el análisis y las recomendaciones sobre la manera como debe hacerse la exploración y explotación mediante la técnica del fracking. Se ha conocido que dicha comisión tendrá un plazo de tres meses para entregar la tarea encomendada.

Para nadie es un secreto la importancia de este sector en nuestra economía. La producción diaria se presupuestó en 870.000 barriles a un precio de 67 dólares. Como nota al margen, pareciera que se hizo realidad el chiste que hablaba de las apuestas de cuál sería el país que primero llegaría al millón de barriles, si Colombia o Venezuela. Ya esta semana se supo que la catástrofe  propiciada por Chávez y Maduro llevaron a que la producción venezolana descendiera al millón de barriles diarios, paradójicamente en el país que tiene los mayores yacimientos del mundo. Nada raro fuera que llegáramos a superarlos.

Las reservas actuales nuestras se estiman en 1.782 millones de barriles, que alcanzarían para un poco menos de 6 años. Según la Ministra, con la técnica del fracking las reservas podrían pasar a 15 años en crudo y, en gas, de 10 años a 30.

Estados Unidos cambió de ser importador a exportador de hidrocarburos gracias a dicha técnica y hoy es el mayor productor del mundo. Lo anterior lleva a hacerse la pregunta de ¿cuál es el afán  de los gringos, en medio de su riqueza y opulencia, de explotar a esa velocidad sus recursos de hidrocarburo? ¿Será que con los avances científicos que tiene disponibles habrán encontrado ya los sustitutos del petróleo? Si ello es así, sería absurdo que en Colombia dejáramos enterrada e inservible nuestra riqueza en medio de tantas necesidades.

Es muy importante entonces esperar los resultados de la mencionada comisión para saber si en Colombia se utiliza o no el fracking. Al respecto se ha informado que el estudio se realizará en tres fases, a saber: instalación de mesas de diálogo para escuchar las inquietudes y preocupaciones de las comunidades ubicadas en las zonas que eventualmente puedan ser objeto de dicha práctica. En segundo lugar se hará una revisión de la normatividad técnica y ambiental existente. Y, finalmente, se analizarán las implicaciones en materia de seguridad energética y de ingresos fiscales para el país.

Leído lo anterior, da la sensación que queda faltando algo, nada menos que el cómo se va a hacer. Ojalá el Congreso de la República haga valer su tarea de ejercicio de control político y entienda la importancia de su papel en hora tan crucial.  No hay que olvidar que Ecopetrol, así tenga  participación minoritaria de inversionistas privados, sigue siendo una empresa estatal. Y de infortunios debemos cuidarnos. Aún no cesan los ríos de tinta que dan cuenta de las graves implicaciones que para el departamento de Antioquia, y en particular para EPM, ha significado el episodio de Hidroituango. De modo que ya estamos advertidos.

Finalmente, el Congreso es el órgano del poder público encargado por la voluntad popular  para expedir las normas correspondientes a tema tan sensible. Ah…y eso sin olvidar que debe también velar porque exista un equilibrio con el medio ambiente.