BITÁCORA DE LA COTIDIANIDAD
Anecdotario de Otto Morales
CONVERSAR con el maestro Morales Benítez era un placer intelectual. Su memoria impecable y locuacidad irónica decoraban sus relatos con luminosos colores que alumbraban sus historias de una realidad indiscutible. La fidelidad a la verdad hacía sus testimonios evidentes. La vida me brindó la ocasión de despedirme de él, treinta días antes de partir para su viaje eterno y oírle anécdotas contenidas en su trabajo postrero.
Esas cualidades se destacan en su obra póstuma, texto que resume episodios de la vida del ex presidente Eduardo Santos, acabado de publicar por el Colegio Mayor del Rosario e Intermedio Editores. ¿El doctor Otto era un visionario o un hombre realista? Seguramente las dos condiciones eran suyas. Da pesar que hombres de su talla tengan que irse. Pero ahí quedan sus lecciones, porque su obra es prolija y ejemplar. Lástima que haya tan pocos lectores y los pocos afiebrados no cuentan con dinero para adquirir los costosos libros.
Del texto que se comenta deben resaltarse episodios ocultos para la historia colombiana. Así, por ejemplo, recopila el maestro Morales Benítez, una nota oficial del embajador de los EE.UU en Colombia, Spruille Branden, dirigida al Secretario de Estado, el 26 de marzo de 1941, y un dialogo entre el diplomático y el entonces Senador Laureano Gómez, documentos que revelan sin contratiempo la intervención del imperio en los destinos de esta Nación.
Igualmente acopia el libro el discurso pronunciado por Albert Camus durante el banquete que tuvo lugar en Paris el 7 de diciembre de 1955, en honor del ex presidente Eduardo Santos, luego de la clausura de El Tiempo por la dictadura de Rojas Pinilla. La alocución de este ilustre filósofo del absurdo, periodista de profesión, hombre del mundo y defensor sin par de la libertad de prensa y la justicia, es una verdadera Oración. De ese texto hay un pensamiento que a esta hora de enemigos de la paz en Colombia llega como anillo al dedo:
“En suma, todos rehúyen la verdadera responsabilidad, el esfuerzo de ser conscientes o de tener opinión propia, a fin de refugiarse en los partidos o grupos que piensan por ellos, expresan su ira por ellos y formulan planes para ellos. La inteligencia contemporánea parece medir la verdad de doctrinas y causas únicamente por el número de divisiones (militares) blindadas que cada uno puede poner en el campo. Por consiguiente, es bueno todo lo que justifique el sacrificio de la libertad, ya sea de la nación, el pueblo, o la grandeza del Estado”.
Otra curiosidad es la colección de cartas entre el ex presidente Santos y el profesor Paul Rivet y, especialmente, la remitida el 19 de enero de 1955. Época de las dictaduras militares “culpa de los imperialistas del norte”. “Al enemigo se le trata de comunista, así sea conservador, o moderadísimo liberal, o sacerdote o monja clarisa”, le dice con sinceridad el doctor Santos a su amigo.