FERNANDO NAVAS TALERO | El Nuevo Siglo
Miércoles, 5 de Marzo de 2014

No bote su voto: vote

 

El próximo domingo el país pagano se enfrenta al país político, en un proceso supuestamente democrático, para elegir uno de los centros de poder más importantes en la estructura del Estado: el legislativo. El certamen está plagado de errores, yerros que  se debaten entre quienes apuntan a restructurar el sistema y acabar con los viejos vicios de la corrupción: el clientelismo y la venta del sufragio.

Se enfrentan la tradicional casta dirigente apropiada de sus feudos y una generación hastiada de gamonales y “notables” que movidos por torticeros intereses manipulan la voluntad popular desde cuando el caudal electoral se dividió entre liberales y conservadores, terratenientes e industriales, religiosos y ateos.

Es incuestionable que los partidos políticos en Colombia carecen de doctrina y obedecen a los apellidos, a pesar de que  desde el siglo XIX se habla de ideologías liberales y conservadoras. La historia refiere a los hombres: bolivarianos y santanderistas; mosqueristas y obandistas; laureanistas y gaitanistas; lopistas y pastranistas; galanistas y belisaristas; uribistas y santistas, etc. Por eso no sorprenden las  alianzas entre irreconciliables contradictores, porque lo que se busca es el poder para pelechar a su sombra. Recuérdese el Frente Nacional.

En la audaz  estrategia solo importa la imagen personal en esta apoca de las comunicaciones. El discurso se reduce a mensajes publicitarios de propuestas sin contenido, que igual pueden tener  asidero en Dios o en el Diablo. Detrás de ese pragmatismo están los mismos detentadores del poder con estratagemas perversas, tal cual proponer, en esta coyuntura, el voto en blanco, para enterrar a los pequeños grupos valiéndose del umbral como escrutinio de discriminación a los movimientos disidentes. ¡Ojo!

Para no caer en  trampas, para quienes tienen conciencia política y no se mueven como rebaño, una sana recomendación: el derecho al sufragio no fue un regalo de la vida, para su reconocimiento universal fueron necesarias muchas guerras. Tener el poder de decidir el futuro de la sociedad es un privilegio que hay que aprovechar con inteligencia. Escoja entre todos los candidatos que se postulan para representarlo aquellos que piensen igual que usted.

Si esta hastiado de la corrupción, de la injusticia, de la falta de salud,  educación, igualdad y empleo, elija a quienes están dispuestos a acabar con ese régimen corrupto ocupado en resolverles los problemas a sus amigos y repartir entre ellos el presupuesto de la Nación. Apoye a quienes  aprueban las leyes  consultando el interés general y no el particular de las familias y los grupos; apoye a quienes creen que la igualdad hay que promoverla y no esperar a que la justicia de Dios se encargue de realizarla. Recuerde que el Señor dijo: mi reino no es de este mundo: ayúdate que yo te ayudare. Reconozca que entre los miles de aspirantes hay muchos que se merecen su confianza, no crea en que todo está perdido, no bote su voto: vote, no permita que otros lo hagan  por usted.