Vuelven las marchas y con ellas se reactiva la estrategia de los sectores radicales para tomarse el poder. Los promotores tienen un libreto claro y peligroso. No se trata de un tema local, la desestabilización de la región ha sido planeada en diversas reuniones del Foro de Sao Paulo y Puebla, y su objetivo es claro: llegar al poder en la mayoría de los países de América Latina para implementar lo que denominan el “Socialismo del siglo XXI” que no es otra cosa que el comunismo puro y duro.
Carlos Enrique Moreno explicó en detalle esta estrategia en su columna del pasado domingo 20 de septiembre en El Espectador, titulada “La deconstrucción (I)”, en donde cita al chileno Alexis López. Moreno, explica en su columna el modus operandi, a través de una protesta continuada, generan caos y afectan la normalidad diaria de las personas. Usan los justos reclamos sociales de los más vulnerables como excusa, y hacen exigencias imposibles de cumplir como educación 100% gratuita o renta básica universal, entre otras. Entre más utópica la propuesta, mucho mejor, pues más tiempo pueden continuar la protesta. Usan la violencia como herramienta para generar caos, provocan a la fuerza pública y la llevan a perder el control, para inducirlos a cometer violaciones a los derechos humanos, generar indignación masiva, y justificar su discurso, e invitar a una reforma total del sistema político y económico. Son muy hábiles y tienen mucho éxito, porque en un periodo donde las emociones priman sobre la razón, gran parte de los ciudadanos -especialmente los más jóvenes- son fácilmente manipulables.
El diagnóstico está muy claro, la pregunta que debemos respondernos es ¿qué vamos a hacer?
El Gobierno no tiene la popularidad, ni el Presidente el liderazgo para unir al país, evidenciar las intenciones de los promotores de la protesta, e invitar a los colombianos a rechazarlas masivamente. La estrategia de la “Gran Conversación Nacional” fracasó, se quedaron conversando los mismos con las mismas, se recurrió a la repetida estrategia de convencer convencidos, y sobre diagnosticar para al final no llegar a nada concreto.
Es el momento de fortalecer a los organismos de la sociedad civil. Colombia necesita tanques de pensamiento y de acción fuertes, financiados con ambiciosas estrategias, que lleven al país de nuevo a usar la razón por encima de la emoción. Necesitamos ONG’s, centros de pensamiento, corporaciones y gremios, que le hablen al ciudadano y lo hagan en un lenguaje sencillo, fácil de entender, entretenido y moderno.
Organizaciones de la sociedad civil como Libertank, el Instituto de Ciencia Política, la Corporación Excelencia en la Justicia, Visión Colombia 2022, Fenalco y la Andi, tenemos la obligación de evidenciar los objetivos macabros de lo que disfrazan como “protesta social” e invitar a los colombianos a unirnos para rechazar el uso de la violencia como mecanismo para llegar al poder.
Los vándalos, encapuchados y destructores son una minoría ruidosa, la mayoría debemos demostrar que solo logramos erradicar la pobreza y tener un mejor país, construyendo y no destruyendo.
Twitter: @camiloguzmansa