Ernesto Rodríguez Medina | El Nuevo Siglo
Sábado, 28 de Marzo de 2015

OPINIÓN ORBITAL

Una vocación visceral

Corría  el año de 1955.Estudiabamos primer año nocturno en la Escuela de Periodismo de la Universidad Javeriana y Arturo Abella Rodríguez, uno de nuestros profesores, nos invitó a practicar "el más bello oficio" en el periódico Diario Gráfico, en donde fungía como Jefe de Redacción. Eran los idus de marzo de la dictadura de Rojas Pinilla y el tabloide -que había fundado Enrique Gómez Hurtado- era frontal y recio critico de Gurropín. Comenzamos cortando cables de la UPI Y haciendo encuestas callejeras y, como era de rigor, en una ocasión terminamos ‘encanados’ en la Estación de la Cuarenta, visita obligada que hicieron en varias ocasiones  muchos  colegas y algunos jefes laureanistas, colaboradores asiduos del diario.

Fueron tiempos inolvidables. Nuestra aventura terminó a los pocos meses por cierre del diario. En 1958 volvimos a nuestro querido y ya para la época vetusto edificio de La Capuchina, nuevamente a la sección internacional y lo hicimos de nuevo de la mano de Abella, pero ya bajo la dirección de Álvaro Gómez, maestro excelso e inigualable  como polifacético jornalista. Luego de habernos especializado en España y ya de regreso al país, nos fuimos a trabajar en RCN con Alfonso Castellanos y posteriormente con Antonio Pardo en Caracol.

De ahí dimos el salto al SENA, pero siempre en el ámbito informativo y más tarde nos fogueamos en la naciente televisión,  con programas de opinión  como "Cara a Cara" y "Cara al Pueblo", preludio de un reto aún mayor como fue el haber contribuido a crear y a dirigir el Noticiero "24 Horas", uno de los telediarios más recordados por los colombianos. Aquí, otra vez, tuvimos el privilegio de seguir las directrices y enseñanzas del doctor Álvaro. Sobre todo su cátedra de todas las horas sobre ética y responsabilidad profesionales, cuando diariamente nos trazaba línea.

Nuestro refugio final, después de un intermezzo diplomático en la ONU, fiel a nuestras vísceras,  siempre tomamos parte en los grandes debates del Nuevo Orden de la Información, han sido nuestras columnas de opinión -más de mil quinientas- en esta esquina editorial, en donde nos hemos refugiado para garrapatear sobre  el acontecer nacional que, sinceramente, no ha cambiado mucho desde ese lejano día en que ingresamos al diario de La Capuchina: las mismas crisis de la justicia, la misma corrupción, la misma irresponsabilidad política,,, 

<ASTERISCOS>***

<INTERTIT>Adenda

<BODY TEXT>Como se puede apreciar no es que estemos viejos, ¡sino muy usados! Pero seguimos dando lora. En cuanto al ejercicio de la profesión en general, un cambio notable: aquellos eran tiempos de férrea censura oficial, hoy existe una laxa y muchas veces voluntaria autocensura. Y perdón por estas evocaciones autobiográficas.

ernestorodriguezmedina@gmail.com