OPINIÓN ORBITAL
La internet de las cosas
"Está haciendo al mundo más seguro y previsible"
El exponencial desarrollo de las nuevas tecnologías de la información y de las comunicaciones y la expansión de la globalización, han elevado a otro nivel la manera como el hombre contemporáneo está interactuando y relacionándose con sus semejantes en esta la llamada "Sociedad del Conocimiento".
A partir de la década de los noventa y gracias a la telaraña de la Internet, la red de redes, hoy existen más de tres mil millones internautas que han hecho desaparecer los conceptos de espacio, tiempo y distancia, tal como se conocían, y han dado paso a la creación de la Aldea Global.
Millones y millones de plataformas en línea así conectadas envían sus contenidos -producidos por los propios usuarios- mediante la utilización de la "web 2.0", operación que está permitiendo el intercambio de toda clase de información, sobre toda índole de actividades. Cálculos conservadores indican que la conectividad global supera hoy los diez billones de aparatos interconectados y podrán ser treinta billones al final de la presente década. Toda esta parafernalia cibernética está recibiendo el nombre de "La Internet abierta", innovación digital que se está denominando también "La internet de las cosas": la interconexión de los objetos cotidianos que nos rodean, con la Internet. A tal punto ha llegado esta situación que los expertos estiman que hoy hay muchísimos más objetos conectados con la red que personas. Libros, refrigeradores, paquetes, etc.., así conectados, nos están permitiendo conocer -cada días con mayor exactitud- qué compramos, y qué consumimos.
Esto nos llevará llegar a un punto en que sabremos con precisión matemática qué está encendido y qué está apagado en el mundo entero. Se estima que cada día de nuestra existencia el hombre normal está rodeado de mil objetos. La empresa Cisco ha lanzado al mercado un aparato muy sensible y sofisticado que los identifica y les hace inventario.
El gran gurú del tema es Kevin Ashton, quien opina que esta revolución será la más trascendente de la era digital. "Si usáramos un ordenador que pudiera detectar todo nuestro entorno y lo procesara al instante, mucho sería lo que ahorraríamos en esfuerzo físico y mental, así como en dinero. En esta forma veríamos mejorar nuestra propia calidad de vida". En pocas palabras, sabríamos darle un mejor mantenimiento a todas nuestras cosas y le sacaríamos mejor provecho a su funcionamiento. Sin embargo, debido la gran cantidad de enlaces y su capacidad de integración, el sistema es aún muy complejo y está, por ahora, en sus comienzos. La clave estará en poder aprovechar las inmensas posibilidades de la "inteligencia" digital de las redes. Esto permitirá también transformar nuestras ciudades en Ciudades Inteligentes.