Ernesto Rodríguez Medina | El Nuevo Siglo
Sábado, 7 de Febrero de 2015

Los garantes de la paz

 

El irreversible proceso que se adelanta en La Habana planteará en el posconflicto,un trascendental papel para el desempeño de las Fuerzas Armadas y de Policía, en especial de los 500 mil efectivos que conforman nuestro gran Ejército Nacional, en la defensa de la seguridad nacional y en el mantenimiento del orden público y la preservación de la seguridad ciudadana. 

Ciertamente, un rol clave y un poco distinto al tradicionalmente desempeñado por el aparato armado, en estas épocas de desangre del país. Pero nunca ese destino podrá ser su disminución, desmembramiento o liquidación, como han tratado de plantearlo algunos analistas despistados o izquierdistas interesados.

Además hay que decirlo claramente. Esta fuerza pública llega victoriosa a la firma de un acuerdo. Nada de que  sale del enfrentamiento  en tablas  con ellos grupos ilegales alzados en armas, porque ha sido evidente que gracias a la valentía, coraje, y entrega a la lucha constante en defensa de nuestra democracia, esas fuerzas del orden  han infligido grandes  y constantes derrotas a los terroristas insurgentes, porque de otra manera jamás ellos  se habría visto obligados a sentarse a la mesa.

Además el Estado, en su finalidad fundamentalde derrotar a los grupos al margen de la ley, de seguro les   asignará a las FF.AA. escenarios trascendentes de vigilancia a la minería ilegal, el combate al narcotráfico y a las bacrim, a  las farcrim,  de manera específica, como también  al control del medio ambiente, al apoyo a la comunidad en casos de desastres naturales e incendios forestales, a la construcción de obras de ingeniería civil, a la pedagogía para la construcción de valores como la democracia y el Estado de Derecho, entre muchos otros, sin perjuicio, de aumentar el pie de fuerza, particularmente para la defensa de la soberanía nacional y la vigilancia y protección eficaz de las extensas zonas de frontera, particularmente, las que compartimos con Venezuela. Sobre todo teniendo en cuenta el hirsuto e irracional anticolombianismo del "inmaduro" mandatario vecino, que nos considera como una de las causas de la grave crisis socioeconómica venezolana.

La seguridad ciudadana, por su enorme problemática exige el aumento y el fortalecimiento del pie de fuerza de la fuerza pública tanto para el desempeño eficiente en zonas urbanas como en sectores rurales tradicionalmente ajenos a la acción estatal.

Lo que urge es diseñar un plan  de su  modernización estratégica, antes que reducirlas, para consolidar su transformación a la nueva realidad de un país con un conflicto armado interno mucho más pequeño, empero con grupos guerrilleros desertores de la paz. Y Colombia entera las llevará eternamente agradecida en 47 millones de corazones.

 

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Adenda

Una grata noticia el fallo de la Corte Constitucionalque ordena la reapertura de la Plaza de Toros de la Santamaría  y su  restitución "inmediata" para la reaparición de espectáculos taurinos. Otra petroalcaldada que termina mal.

ernestorodriguezmedina@gmail.com