Ernesto Rodríguez Medina | El Nuevo Siglo
Sábado, 10 de Enero de 2015

OPINIÓN ORBITAL

En busca de la renovación

En nuestra visita relámpago a los Estados Unidos hemos podido comprobar de primera mano que la recuperación económica es un hecho que uno puede apreciar en todos los sectores y todos los niveles. Sin embargo, hay otro tipo de recuperaciones que han sido muy difíciles y seguramente podrían llegar a ser imposibles.

La primera de ellas es de tipo social y tiene que ver con los orígenes del país. Estamos hablando de la cuestión migratoria. Los norteamericanos, aunque todos provienen de culturas muy diferentes pero especialmente europeas, siguen sufriendo de fobia contra las minorías étnicas, particularmente latinas y asiáticas.  

A pesar de que los latinoamericanos son de lejos los inmigrantes mayoritarios, todavía están muy lejos de liderar posiciones de poder que los haga aún más determinantes en la vida nacional y empresarial. Muchos de ellos, sin embargo, han visto en las últimas medidas del presidente Obama un gran alivio para tranquilamente buscar su residencia y hasta su ciudadanía.

Muchos de ellos, como Albertín Martínez, un salvadoreño que desempeña labores de mantenimiento en el hotel donde nos hospedamos, es uno de los latinos que se encuentra a gusto en su trabajo y satisfecho de los logros personales. Consiguió educarse por sus propios esfuerzos y méritos yo hacerlo también con sus tres hijos. Él, como otros diez hispanos, trabajan duramente en el hotel y con miles de compatriotas han logrado, hasta cierto punto, el famoso sueño americano.

No así los negros que con mucha frecuencia y al menor incidente ven resucitar las luchas raciales y la profunda desconfianza que su raza genera entre las mayorías blancas de muchas ciudades. Aunque casi todo el sector de servicios básicos es desempeñado por afrodescendientes, todos los días ocurren asonadas por culpa de los enfrentamientos interraciales.

Y es curioso observar que existe una mayor prevención de los afroamericanos hacia los blancos que éstos hacia los primeros y, desde luego, el uso de muchas lenguas empeora la situación.

Pero donde más se nota la falta de unidad americana es en el terreno político. En la semana que termina los republicanos se posesionaron de sus mayorías en ambas Cámaras legislativas y están dando muestras claras de que el presidente Obama no la tendrá fácil en sus relaciones con el Congreso. Mientras el nuevo líder de la mayoría republicana, el moderado John Boehner, se ha visto atacado por los extremistas de su partido, que siguen siendo muy poderosos, el mandatario ha amenazado con vetar varias iniciativas legislativas de sus adversarios y de hecho los compromisos vitales que la administración requiere en el campo  tributario y de estructura financiera están lejos de lograrse.

Y no son pocos los que evocan los tiempos del presidente Reagan, recordados ahora por el fallecido Martin Anderson en su libro Decisiones de Grandeza, cuando el exmandatario, gracias a su sentido de la realidad, a su apego a los principios y la evaluación acertada de los problemas, logró una verdadera renovación del poder político. 

ernestorodriguezmedina@gmail.com