Un logro inmenso
Independiente del resultado que haya ocurrido en el partido jugado entre Colombia y Brasil -escribimos esto en la mañana del viernes- lo único cierto y valedero es que los colombianos con nuestra hermosa selección de fútbol hemos aprendido a soñar juntos y a creer unidos. Y este es un logro inmenso, y para todos los efectos un triunfo no de poca monta. Luego de venir de una confrontación electoral que había partido el país en dos bandos de opinión y se había hecho gala de una crispación pocas veces vista, han llegado como un bálsamo los episodios que nos brinda el Mundial de Fútbol. Cuarenta y seis millones de corazones han venido palpitando en un sólo ritmo y esto ha hecho que el país respire otros aires y el optimismo nos embargue a todos en espera de días mejores.
Un verdadero milagro que ha obtenido un puñado de jovencitos, liderados por un entrenador que los ha mentalizado.
Si hoy nos hemos levantado con la victoria, será la mejor ayuda para encarar un futuro en paz. Si no, habremos conseguido avanzar hacia días mejores con la convicción de que podemos hacerlo unidos.
Pase lo que pase esta no es época para los pesimistas ni camorristas. Somos un país que en medio de una crisis económica generalizada, estamos creciendo a una tasa de más del 6 por ciento, un logro que también nos puede y debe poner a soñar. En los últimos días asistimos a un congreso de Andesco, que es la asociación que aglutina a las empresas y a los operadores de los servicios públicos y el panorama proyectado es el de un desarrollo socioeconómico singular y todos los panelistas y analistas coincidieron en que nuestro mayor empeño debe ser lograr el fin del conflicto.
Por ello debemos aprovechar todos estos avances y acercamientos para avanzar hacia metas comunes que nos den prosperidad a todos, cerrado especialmente esa brecha de desigualdad que puede convertir esos sueños en pesadillas.
No podemos desperdiciar nuestras oportunidades. Basta con mirar hacia los Estados Unidos en donde un grupo demencial de energúmenos republicanos -The Tea Party- ha menoscabado el liderazgo de un político de la talla del presidente Barack Obama, al que encuestas recuentes lo consideran el peor presidente de la historia norteamericana, simplemente por no haber podido imponer sus programas de gobierno. Infortunadamente en nuestros escenarios políticos también existen facclones extremistas que pueden entrabar los propósitos nacionales.
Que lo sucedido en el Mundial con nuestra selección nos sirva de ejemplo para mirar hacia adelante.
<ASTERISCOS>***
<INTERTILT>Una aclaración necesaria.
<BODY TEXT>Esta columna ha tratado de distinguirse como una tribuna de la era digital, por todas las bondades que ella significa para nosotros, en lo individual y en lo colectivo. Pero esos adelantos también nos hacen travesuras y es lo que suele ocurrir con los correctores automáticos de texto. Tal fue el caso de nuestra última columna en la que tratábamos sobre la disputa existente entre los cableros y la televisión abierta, por el acceso libre y gratuito a los servicios de la televisión digital terrestre. El texto original hablaba del Código Cívico -los espacios televisivos estatales para mensajes de interés comunitario- y el corrector convirtió automática e intonsamente en Código Civil. Vaya barbaridad y mil perdones.
Adenda
Sería bueno que el Mintic Diego Molano, que en palabras del presidente Santos "es el Falcao del gabinete", pueda seguir jugando en el segundo tiempo.