ERNESTO RODRÍGUEZ MEDINA | El Nuevo Siglo
Sábado, 11 de Enero de 2014

Por una Bogotá deshumanizada

"Como se desvalorizan las frases publicitarias"

CUANDO  hace dos años nuestro hoy desprestigiado, vilipendiado y a punto de ser defenestrado, Alcalde Mayor tomó posesión de su cargo, prometió que su administración lucharía por una "Bogotá más Humana", así, con mayúsculas.  Infortunadamente su propia incapacidad y la de muchos de sus colaboradores - a los que cambiaba con velocidad pasmosa- permitieron un desgobierno permanente, sin casi ninguna planificación y sindéresis.

El balance ha sido una ciudad inmovilizada, llena de huecos y sin tapas sus alcantarillas, convertidas éstas en verdaderas trampas mortales para nuestra indefensa niñez. Un transporte público vergonzoso, cuya solución integradora se ha llevado a cabo a trochas y a mochas y no se vislumbran soluciones viables en el triste firmamento bogotano.

El flamante sistema de transporte integrado, SITP, es un verdadero ejemplo de improvisación y de cómo no se deben hacer las cosas. Después de veinte meses los cacareados "buses azules" siguen rodando desocupados y por esta sola causa ya los bogotanos hemos perdido setecientos mil millones de pesos (¡!). Como si fuera poco, dos de los operadores concesionados se han declarado en quiebra y no se ha podido sistematizar el pago de los usuarios  con una sola tarjeta.

El proceso de sacar de nuestras calles a los obsoletos y antidiluvianos buses y busetas ha sido un verdadero vía crucis y su "chatarrización" un nido de corrupción, hasta el punto que la habilitación de los buses para el SITP se ha realizado con cuenta gotas y  su "conversión" ha permitido maquillar las viejas carrocerías con el resultado de poner  en funcionamiento vehículos sin los estándares requeridos, lo que terminan causando graves accidentes.

Lo más grave es que los "nuevos" conductores son, en su mayoría, viejos pataduras que siguen con sus mismas mañas y costumbres: velocidades endiabladas, frenazos  permanentes y sin consideración alguna, como si los pasajeros fueran bultos de papa; bandazos a discreción y ningún respeto por los paraderos ni por las señales de tránsito. 

Nadie dice nada. Nadie controla. Nadie responde. El Secretario de Movilidad ¿se ha posesionado?. Al Gerente del SITP nadie lo conoce y el de Transmilenio no se da por enterado, muy seguramente porque está dedicado a resolver sus propios problemas con los articulados, cuyo servicio también está en serio peligro.

En resumen, el SITP es un desastre más en esa ya larga cadena de descalabros petristas. Pobre capital y pobres nosotros los capitalinos...

Aclaración
En el pasado solíamos hablar del "diablillo del linotipo" para echarle nuestros errores, hoy habrá que culpar al "diablillo del computador". En nuestra pasada columna apareció una frase calificando las recomendaciones del Fiscal General al Presidente en el caso de Petro como " medidas otodoxas", por el contexto es claro que nos referíamos a "medidas heterodoxas", en contravía de nuestra tradición y nuestro ordenamiento jurídico.Mil perdones.