ERNESTO RODRÍGUEZ MEDINA | El Nuevo Siglo
Sábado, 9 de Noviembre de 2013

Hay que blindar la paz

 

La noticia de la semana ha sido el preacuerdo en La Habana sobre el segundo punto de la Agenda, relacionado con la participación política de los faracos una vez desmovilizados y como había ocurrido con el primero, en atinente a la cuestión agraria, tampoco se dieron muchos detalles sobre los compromisos adquiridos.

Lo cierto es que el Gobierno ha proyectado toda una estrategia de medios para dimensionar los logros hasta ahora obtenidos y, a su vez, los opositores arreciaron sus ataques y sus críticas. Sin embargo, la percepción de la opinión pública es que persiste una profunda desconfianza hacia los diálogos si bien hay una fundada esperanza en muchos líderes de opinión en que se logre por fin la esquiva paz.

Resumiendo: lo único claro es que nada está claro. Siguen presentes los recelos hacia lo que el Gobierno, en su afán de lograr el éxito, pueda comprometer. Esto está construyendo un escenario maniqueo, en el cual los buenos quieren la paz y los malos la torpedean, según el Gobierno y sus opositores -especialmente los uribistas- consideran buenos a quienes no quieren feriar el país, en aras de los pactos. No deja de ser preocupante que todo esto está dividiendo a los colombianos entre los amigos de la paz y los enemigos de ésta y entre santistas y uribistas que pueden devolvernos al  tiempo sectario de las cavernas partidistas.

Es tiempo para la reflexión con cabeza fría. Estos días son difíciles para el presidente Santos y sus deseos de reelegirse. Hemos sido y seguiremos siéndolo de la opinión de que lo mejor para el mandatario es que se concentre en sus esfuerzos por llevar a buen puerto su proceso de paz y renuncie a un segundo mandato que hoy se ve muy comprometido. Estamos convencidos de que el presidente que logre ponerle punto final al desangre del país pasará a la historia. Creemos que Santos también lo está y debería proceder en consecuencia. Si insiste en buscar su segundo mandato y a la vez en sacar adelante su acuerdos con las Farc, estará jugando con los dados cargados.

Está a tiempo para que Vargas Lleras, a pesar de las malquerencias liberales, empuñe las banderas y busque la reelección de las políticas santistas...

Lo otro es complicarse la vida el Presidente. La historia de nuestra República  nos está enseñando que nunca segundas partes han sido buenas y todos los analistas coinciden en que el posconflicto demandará de todos nosotros los mejores esfuerzos para consolidar la convivencia.

 

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Adenda

Si por las toldas liberales llueve por las conservadoras no escampa.  Es tiempo para que ante el panorama antes descrito nuestro querido partido conservador también reflexione y deje de pensar en la nómina y en presuntas jefaturas y alianzas  extrañas. Todo está perfilándose para que lancemos un candidato único que no puede y debe ser otro que el expresidente Andrés  Pastrana. Con nuestros tres millones de votos lograremos coronar la segunda vuelta y desde esta plataforma arrancar victoriosos hacia la Casa de Nariño. Si decidimos apoyar una supuesta reelección o nos unimos a los empeños uribistas, terminaremos relegados al olvido. “Si nos dividimos, si nos separamos, si el viento nos dispersa, poca cosa vamos a hacer en la política”, lo advierte sabiamente el senador Gerlein en charla con nuestro diario.

ernestorodriguezmedina@gmail.com