Habrá reelección… de Pastrana
La política colombiana ha sido siempre bastante compleja, pero por estos días se está tornando muy obvia y por lo tanto muy previsible. No se necesita ser un profeta bíblico para pronosticar que, tal como se van desarrollando los acontecimientos, el antiguo partido liberal -"amontonado" con Cambio Radical y parte de la U- se dividirá nuevamente, esta vez entre los simpatizantes del presidente Santos y los seguidores del expresidente Uribe, y también, de nuevo, el conservatismo pasará por el camino del medio, esta vez enarbolando la candidatura -única y lógica- del expresidente Andrés Pastrana Arango. Como quien dice sí habrá una reelección, pero la del hijo de Misael.
Es claro que el Presidente irá por su segundo mandato, pero lo hará con un capital político mermado por las circunstancias, una de las cuales será el entierro del proceso de paz, asfixiado por las especulaciones y declaraciones mediáticas de parte y parte. Lo tragicómico del asunto es que muy seguramente JMS tendrá que enfrentarse a su primo Pachito, ya que es el único alfil uribista con cierto reconocimiento nacional.
Así irremediablemente protocolizada la división liberal santista lo único que le resta al conservatismo -que como cosa rara está monolíticamente unido- es lanzar su propio candidato y quien distinto que Pastrana, único jefe conservador con peso específico. El cacareado abanico de las precandidaturas conservadoras no tiene futuro, porque ninguno de los agraciados tiene poder de convocatoria. Como está sucediendo con las precandidaturas uribistas.
A estas alturas del paseo no faltará algún crítico de la gestión de Pastrana, pero lo cierto es que mirando en perspectiva al Caguán fue, gracias a esta experiencia frustrada, que el país conoció de las marrullas faracas y pudo embarcarse en el Plan Colombia y facilitarle a Álvaro Uribe desarrollar su política de seguridad y mano dura, que terminó diezmando a la guerrilla...
En política hay que ser pragmáticos y los hechos son tozudos. Estos nos están indicando que los planetas se están alineado en favor del conservatismo y de Andrés. Sería un error imperdonable que se dejara pasar esta oportunidad para poder regresar a la Casa de Nariño y gobernar directamente con nuestros programas. Porque lo triste del cuento es que los dos últimos gobiernos se consagraron gracias a esa base de tres millones de votos que históricamente aportan las huestes de Caro y Ospina. Y más triste aún es que tanto Uribe como Santos han gobernado con nuestras banderas...
Adenda
El presidente Santos puede estar perdiendo gobernabilidad. Algo nos dice que debería cambiar de estilo y amarrarse muy bien sus pantalones. No puede seguir girando contra el presupuesto, porque corre el riesgo de que una escalada de reclamos produzca una gran crisis fiscal.