OPINIÓN ORBITAL
Mintic, entre Isagen y Dragacol
En nuestra pasada columna hablamos de los chicharrones que le esperan al ministro Luna, siendo el más grave quizá el tema de la reversión de las redes de los operadores celulares. Hoy, con motivo de las importantes apreciaciones de la exministra y hoy senadora María del Rosario Guerra planteadas en días pasados en las páginas de este diario sobre la financiación de las vías 4G, nos permitimos profundizar en nuestras reflexiones sobre el proceso de valoración de la compensación por la reversión de las redes celulares.
Un camino, que entendemos pueda tomar en teoría el Ministerio inicialmente, es el de llegar a un arreglo directo, con herramientas como la conciliación, y seguramente acudiendo a acompañamiento y avales de entes de control, camino este que tiene nefastos antecedentes, donde quizá el más sonado es el de Dragacol, que estuvo a punto de enredar gravemente a nuestro actual Ministro de Hacienda, quien coincidencialmente es el encargado de buscar los recursos para las vías 4G, recursos que le han llevado a tener ya varios roces de público conocimiento con el vicepresidente Vargas Lleras.
Este camino de un eventual arreglo directo, dadas las múltiples interpretaciones y estimativos financieros que pudieran haber sobre la valoración de un activo tan estratégico como son las redes celulares, lleva a un escenario donde cualquier precio que se pacte será siempre muy bajo respecto a los escenarios que se pudieran pensar sean los más provechosos para el que vende, que en este caso es el Estado, con lo cual estaría de por medio el patrimonio público; con lo que la responsabilidad de quien tomare decisiones en la materia es por decir lo menos delicada y altamente controversial. Aquí existe un escenario donde, a pesar de los buenos oficios y la buena fe de quien actúe, siempre podrá desatarse una gran controversia que haría que el sonado caso de Dragacol se le quedara en pañales, por lo menos en lo mediático, por los montos de que trataría el presente caso.
Así, aun cuando puede ser un proceso algo más demorado, lo sano y lógico es que se convoquen más bien con urgencia tribunales de arbitramento, que corresponderían a una decisión jurisdiccional que blindaría la decisión final y el valor que en su sabiduría establezcan sus árbitros. Ello permitiría a los agentes del Gobierno actuar con total libertad y proponer la mayor pretensión que se pensare corresponde a la defensa de lo público en este importante activo. Ello puede transformar un potencial chicharrón y escándalo en, más bien, una sesuda y elegante salida financiera y lograr para la nación los recursos que se requieren para las vías 4G y que no se pare el necesario desarrollo de nuestra logística, pues creemos que se superaría con inmensa amplitud lo que hoy está congelado por cuenta del reciente fallo sobre Isagen.
Queda pues esperar que haya sensatez y ponderación en las decisiones que desde ahora deberá tomar el nuevo Ministro de las TIC. Como dicen los italianos, “Piano, piano, si va lontano”.
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