ERNESTO RODRÍGUEZ MEDINA | El Nuevo Siglo
Sábado, 1 de Junio de 2013

Una propuesta conservadora

 

A raíz de nuestra  pasada columna sobre las indecisiones conservadoras, tuvimos la oportunidad de dialogar con Mariano Ospina Hernández y profundizar sobre el tema en la sede de la Fundación Mariano Ospina Pérez. En este centro del pensamiento doctrinario pudimos conocer su propuesta "De la pobreza a la verdadera riqueza", en donde señala el protagonismo que debe jugar el conservatismo en la solución de los problemas nacionales.

Se trata de un breve pero muy sesudo estudio, acompañado de contundentes cifras y conceptos de los más eminentes tratadistas, sobre la más urgente de las reclamaciones contemporáneas. Recordando que pobreza no solo es la ausencia de riqueza, el autor advierte que hay varias clases de pobreza a las que hay que atacar y erradicar en forma integral y coetánea: la pobreza material, la intelectual y la moral.

Sobre la evidencia de que el actual modelo  de desarrollo neoliberal no solo no ha sido la panacea sino ha constituido un rotundo fracaso, el documento vuelve la mirada a la educación como el único antídoto para ir reduciendo la pobreza intelectual y para lograr el crecimiento económico como lo ha hecho Singapur, en donde se ha llevado a cabo una profunda, extensa e intensa reforma educativa, basada en las ciencias básicas y en las tecnologías digitales y le ha permitido a esta Ciudad-Estado superar en  su PIB a los mismos ingleses, sus antiguos amos coloniales.

En ese orden de ideas hay también que enfrentar el reto de la pobreza moral, ya que la ausencia de normas y valores está minando las potenciales humanas en su búsqueda de la paz y la prosperidad. Y esto se logra comprometiendo una lucha de la dirigencia contra los abusos y excesos del consumismo y la riqueza fácil.

Ya en el marco del entorno nacional, Ospina Hernández le propone al conservatismo impulsar los esfuerzos del Estado y de la sociedad como un todo hacia una verdadera revolución del conocimiento, en todos los sectores y todos los niveles, basada en la modernización científica y tecnológica y mediante la investigación y la innovación.

Encaminando sus propósitos hacia lo que en realidad debe ser la verdadera riqueza, Ospina Hernández hace suyas las recomendaciones de Jeffey Sachs en  las Metas del Milenio de la ONU pero reitera que, solo la formación ética y moral, junto con el cabal  aprovechamiento del cambio tecnológico, en el logro de  la movilización social, garantizarán  la superación de los problemas de desigualdad, pobreza y violencia. Es aquí en donde el conservatismo debe ser la alternativa entre el capitalismo salvaje y el populismo autocrático.