¿La ANTV será un nuevo Leviatán?
Ante el inminente nombramiento del miembro que falta en la nueva Autoridad Nacional de Televisión, debemos llamar la atención para que no se cometa el error de nombrar como representante del presidente Santos a un Comunicador Social; no porque un servicio como el de la televisión no esté relacionado con esta profesión, sino porque ya con tres miembros nombrados, todos ellos comunicadores sociales, un cuarto dejaría a esta institución en un unanimismo respecto de creer que la televisión es solo un tema de contenidos, sin ningún otro tipo de consideración, cuando la realidad es que este servicio público requiere ante todo ser entendido como toda una industria con complejas aristas económicas, técnicas, jurídicas, políticas, y sí, desde luego, alguna relacionada con la comunicación social. Y lo decimos, con cierta autoridad moral, porque somos comunicadores sociales y, además, hemos dirigido, en el pasado, a la antigua CNTV. Y creemos saber de qué se trata el tema
Por eso nos llama la atención que los tres miembros actuales, elegidos como representantes de las universidades, de los gobernadores y de la sociedad civil y escogidos de listas propuestas por cada estamento por una universidad hayan resultado ser coincidencialmente todos comunicadores sociales; seguramente las universidades delegaron el tema en sus facultades de comunicación y ahí si que pudo haber jugado la solidaridad de gremio en contra de la diversidad, vaya uno a saber. En esto falla sobremanera la ley, pues un cuerpo colegiado por su naturaleza, y tal como sucede con las comisiones de regulación para los demás servicios públicos, debe incluir diversas profesiones que permitan precisamente mirar todas las aristas de la problemática de un sector y es por ello que se requiere incorporar economistas, ingenieros y abogados con amplia experiencia en el sector. Lo contrario lleva a dictar normas para ángeles que pueden ser imposibles o inconvenientes en lo técnico o en lo económico y hasta de pronto en lo jurídico.A punta de solo comunicadores sociales, y si el Gobierno comete el error de nombrar otro en la ANTV, se correrá el riesgo de que esta junta se vuelva, en el mejor de los casos, una junta de censura y en el peor de los casos, una rueda más suelta de lo que era la muy criticada CNTV, y el pobre ministro Diego Molano, sesudo ingeniero, magister en Economía, y de profundoarraigo político, estará arando en el mar a pesar de tener seguramente la razón y el sentido práctico en los debates, y su voto será minoría. Quien decía que la ANTV iba a quedar en el bolsillo del Gobierno se equivocó se equivoco "de cabo a rabo". Lo que se se pudo haber creado es un Leviatán más complejo que lo que era la CNTV. A lo máximo podrá llegar a ser una estupenda Autoridad Nacional de la Comunicación Social, la ANCS.Los comunicadores sociales somos necesarios en este escenario, pero con uno bueno es más que suficiente. Señor Presidente por favor enmiende en lo que esté en sus manos a la ANTV y no nombre otro comunicador social y, además, reglamente la ley para que la elección considere la obligatoria pluralidad de profesiones. Tenga la seguridad de que el desempleo en nuestra profesión no es tan crítico.
Adenda
A propósito del fallo sobre San Andrés, Señor Presidente, con el mayor respeto, una eventual confrontación bélica con Nicaragua no es el "último de los recursos". Sencillamente no puede ser ni un recurso ni una opción. ¡Por Dios!