Hace algunas semanas hablaba con mi suegro, que es una persona mayor que después de su vida laboral decidió disfrutar la vida dedicado al cultivo de aguacate hass, sobre cómo por razones de la pandemia los ojos de la sociedad se habían volcado hacia las personas mayores, siendo ellos la población más vulnerable al virus y con mayor riesgo de morir. Sin embargo, tristemente en la cotidianidad las personas mayores no reciben la atención que quizás ellos merecen y por esto actualmente alrededor de 40 millones de personas ancianas en el mundo mueren en soledad.
Esta conversación me puso a pensar sobre las inequidades que veo en el día a día con los adultos mayores como, por ejemplo, que si bien algunos gozan de una pensión ésta solo les alcanza para cubrir sus necesidades básicas, pero no para el pago por ejemplo de una Medicina Prepagada o una póliza de salud porque después de los 60 años esto se vuelve inalcanzable o un lujo que pocos se pueden dar. Por otro lado, soy de los que piensa que debemos honrar a nuestros ancianos porque ellos nos dan su historia, sus enseñanzas, su experiencia. Yo puedo decir que hoy soy quien soy por lo que aprendo todos los días de mis padres, que ya son personas mayores.
Como lo hablábamos con mi suegro de pronto el negocio a futuro en el mundo pueda centrarse en el cuidado, porque hay algo inevitable y es que la vejez viene indefectiblemente acompañada de mayor dependencia y soledad. Por eso creo que debemos prepararnos para esto y asegurar que al llegar a la vejez debemos ser cuidados con dignidad, debemos ser valorados como personas e intentar a través de centros especializados que aseguren que podamos tener actividades que nos activen física y mentalmente. Debemos, además, educar a nuestras familias para que nos acompañen compasivamente y nos cuiden con amor por la gratitud de todo lo compartido y por qué no, que la labor del cuidador sea formal y reciba la remuneración que se merece, de pronto puede volverse una oportunidad para generar más empleo.
Todo esto le corresponde al campo del desarrollo social que no está muy lejos de lo sanitario y que sin duda puede volverse autosostenible, porque una persona mayor bien cuidada trae muchos beneficios, puede ahorrar al sistema sanitario millones de pesos en consulta innecesarias al médico, en uso racional de los fármacos, en menores complicaciones asociadas a las enfermedades crónicas y de alto costo, en lograr redes de apoyo más sólidas que eviten la soledad, en una sociedad más sensible, compasiva y con mayor bienestar, y en personas mayores viviendo con mayor dignidad.
Hoy en día existen empresas que trabajan en esto con la convicción de lograr en un futuro ser reconocidas, existen iniciativas en el gobierno, en la banca mundial para, por ejemplo, impulsar la economía plateada, que consiste precisamente en esto que les estoy planteando, en la posibilidad de impulsar iniciativas que generen una vida digna a las personas mayores y porque no una vida productiva más larga. Mi suegro es un ejemplo de todo esto. Hoy en día su cultivo de aguacate es un negocio productivo, que lo mantiene activo mental y físicamente, que les enseña a sus nietos sobre el valor de la tierra, sobre los frutos que da, sobre lo que la naturaleza nos devuelve y veo que es un hombre feliz.