INDISPENSABLE un nuevo contrato social con acciones efectivas a favor de los más pobres.
Un pacto social que sin asistencialismo ponga mano tendida de Gobierno y empresarios a favor de los más necesitados.
La historia no se repara sin reconocerse así misma, diversa y llena de contrastes.
Entendernos en las diferencias o el futuro seguirá incierto.
Conversación nacional propuesta por el presidente Duque puede quedarse en conversadera si actores sociales no se acercan en la discordia.
Diálogo social, incluyente y cercano, de inversión, empleo y oportunidades, se vuelve mudo si no escuchamos en medio del ruido.
Llamado a la sensatez, a sincerarnos en las dudas.
Nadie puede apropiarse vocería del vandalismo, la violencia y la furia ciega.
A serenar espíritus y desarmar los odios.
Gobierno, comando central de manifestaciones pacíficas y voceros sindicales, deben generar confianza ciudadana a través del respeto, tolerancia y paciencia.
No perderse la cabeza en momentos de bullicio y agitación social.
Los que dicen ser conductores de las marchas deben asumir posición de tolerancia frente al grueso de la sociedad.
A su vez, el Ejecutivo tiene la gran posibilidad, en la medida de sus posibilidades fiscales, de atender clamores legales de la comunidad.
Hay un represamiento de necesidades en el espíritu ciudadano.
Es grande la deuda social con más necesitados.
Se va a requerir mucho aguante para, sin improvisar, ir atendiendo una a una las principales necesidades de la población vulnerable.
No pueden pretender algunos sectores que la conversación sea tal cual ellos la exigen.
En mesa de diálogo hay varios invitados y cada uno debe ser escuchado sin alterarse.
Mayoría de colombianos este jueves 28 irán a sus trabajos, a sus escuelas, colegios, universidades y en la noche, regresarán a casa.
En el campo, labriegos, jornaleros, cultivadores y familias campesinas muy seguramente saldrán a trabajar a sol y agua, creyendo que se puede prosperar.
El país pacífico dio lección de tolerancia y esperanza. Ambas basadas en el diálogo.
Algunos violentos intentaron alterar la vía del encuentro amistoso. Reclamar no debe prender fuego del resentimiento.
El Ejecutivo deberá aprovechar el crucial momento del país para enderezar el camino.
Muchas cosas se han hecho mal por décadas. La gente, fatigada de esperar.
Ha sido mucho el aguante ciudadano. Gobierno, en general el Estado, tiene la oportunidad histórica de corregir en concertación.
Ceder no es renunciar al legítimo derecho que tenemos de ser protegidos por la autoridad.
Tampoco es feriando la casa.
Ceder es dar de lo que habiendo no se dio.
Salud decente y digna, vivienda para familias pobres, educación gratuita en pueblos, veredas y ciudades. Empleo estable y nunca por debajo del mínimo. Reducción de la pobreza a través de alternativas de emprendimiento donde el Gobierno sea facilitador.
Seguridad ciudadana para volver a creer. Resultados contra la corrupción para generar confianza.
Conversar con sectores inconformes para poner orden en casa.
Todos ponen, todos ceden.
Viabilidad del país y su sostenibilidad es responsabilidad de todos.