El equipo de empalme del presidente electo Gustavo Petro, presentó su informe y lo deja subido a una plataforma para conocimiento y seguimiento del público. Este da cuenta de las intenciones del próximo gobierno para los primeros cien días, integrando: la apreciación de unas alertas vistas como críticas, unas recomendaciones estratégicas base del Plan de Desarrollo y la lista de proyectos de ley o reformas de mayor obstinación. Esto nos anticipa el qué vendrá.
Incluye, por demás, un denominado semáforo de políticas públicas marcando en rojo las políticas del gobierno Duque que definitivamente frenará y en verde aquellas que se admiten continuar con ánimo de mejora.
Es un documento bastante técnico, difícil de concretar en estas líneas. Sin embargo, vale la pena considerarlo, al menos por partes. En particular llama la atención el establecimiento de una mesa transversal para Bogotá y más aún otra particular para el Metro -en el cual el presidente electo tiene diferencias grandes con la construcción en curso-.
En principio, por supuesto es bueno darle a Bogotá su trascendencia y a la relación Bogotá-Nación, en la comprensión que el distrito capital aporta cerca del 25% del Producto Interno Bruto. También es de entender el compromiso electoral que tiene el próximo presidente con los bogotanos.
Queda la inquietud si se trata de impulsar o de frenar algunos de sus proyectos, aunque se entienda que el aporte de la Nación para la capital en infraestructura es significativo y requiere su interacción y vigilancia, manteniendo además el propósito, ya en camino, de tener un transporte público de cero emisiones.
Se busca, por ejemplo, acompañar a través de una comisión “independiente” los estudios y diseños de la primera línea del Metro ya realizados, para analizar tanto su tipología como los efectos en el costo por la variación de la tasa de cambio. Se piensa incluir en el Plan de Desarrollo la segunda línea y ampliar la primera hasta la Calle 100 pero “luego de la revisión de los estudios de factibilidad que elaboró la empresa Metro”.
Así, se incluye solicitar mejores alternativas de diseño en la prolongación de la Calle 72 a la Calle 100, por parte de las sociedades colombianas de arquitectos e ingenieros. Al respecto se argumenta que: “No se va a tener una segunda oportunidad para mejorar el componente urbano de esa zona y los diseños actuales, (que) conocidos en las sesiones de empalme, no anticipan un buen desenlace de esa intervención urbanística”. La pregunta es si esto significa nuevos estudios y rediseño, que es la eterna historia del Metro en Bogotá, con sus costos pertinentes.
Por otra parte, dentro de las recomendaciones para tener en cuenta como insumo para el Plan de Desarrollo, se anticipa el uso de palabras que primará, que será propia de las futuras alocuciones presidenciales y vicepresidenciales y por lo visto también en las presentaciones técnicas. Así cuando se habla en el informe del empalme del sistema intermodal de transporte, textualmente se define como “Sistema que se base en una red férrea a largo plazo. Transporte y urbanismo feminista para ciudades para todes”.
Estaremos atentos al detalle de este informe de empalme. Imaginamos una posesión de Petro con menos vientos en contra de la que tuvo el presidente Duque, presagio de las grandes dificultades que debió afrontar.
*Presidente Corporación Pensamiento Siglo XXI
atisbosmariaelisa@gmail.com