El presidente en Caldono | El Nuevo Siglo
Lunes, 17 de Octubre de 2022

En la clausura de la Minga Política y Cultural por la defensa de la vida, el territorio y la paz en Caldono, Cauca, el pasado 12 de octubre, el presidente Gustavo Petro hizo una invitación a la organización indígena allí convocada: “Hay que resolver su conflictividad interna y hacer la paces interétnicas porque necesitamos la organización indígena en el corazón del movimiento social de Colombia… no pierdan el tiempo, ubiquen el objetivo real… Así que, los invito a esa paz caucana, a ese diálogo social caucano, a aceptar una diversidad que puede ser incomoda; pero que al final puede ser una riqueza. A construir el pacto interétnico del Cauca que nos permita entonces salir del Cauca para organizar a toda Colombia entera.”

Las palabras del presidente en Caldono cobran valor por varios aspectos, entre los que menciono tres. Primero, por la condición en que las dirigió a las comunidades negras e indígenas, campesinos y jóvenes, mestizos y blancos, a todas y todos los caucanos: “es la primera vez que les hablo como presidente” le dijo a la Minga; reconociendo previamente su cercanía con el movimiento social indígena en las luchas sociales y políticas. Y al hablar como Jefe de Estado, llama la atención sobre la coyuntura favorable para avanzar con un pacto interétnico y no perder esta oportunidad popular del gobierno del cambio por caer en otro capítulo más de la histórica fragmentación social en el Cauca.

El segundo aspecto, dada las circunstancias actuales de tensión por los conflictos y violencias en el Cauca, y al valorar la especificidad histórica y estratégica de esta región en el porvenir del país; el presidente, con criterio reconciliador, no tan común en los mandatarios colombianos, actúa como símbolo de la unidad nacional en los términos del artículo 188 de la Constitución Política. Es decir, se sitúa por encima de preferencias y sectarismos partidistas o de cualquier otra naturaleza y dispone su poder y su misión en el propósito de construir una alternativa de solución al conflicto regional para garantizar los derechos de todos. Dichas alternativas hacen parte del desafío de construir unidad nacional en Colombia a partir de las diferencias.

El tercer aspecto se relaciona con el reconocimiento de otro reto que enfrentar el presidente desde el interior de su gobierno, según el cual el aparato estatal, a través de su burocracia, se expresa en su accionar aún dentro de las formas tradicionales de control y representación de intereses que se resisten al cambio y a las reformas que impulsa el nuevo gobierno. Más allá de la polémica que generó en algunos medios y redes sociales; este aspecto en voz del Jefe de Gobierno y Suprema Autoridad Administrativa, como es el presidente, dirige el foco sobre la efectividad en el logro de los fines del Estado. Problema crónico que debilita la confianza en la democracia. 

Finalmente, lo que ronda en las palabras del presidente en mi opinión es un planteamiento sobre el actual desafío del mandato popular en Colombia: ¿Cómo pasar de elegir presidente a ser gobierno? y parafraseando a Saskia Sassen ¿Cómo no solo hacer historia desde los movimientos sociales sino también tener poder? Realmente ser gobierno y obtener poder, he ahí el reto.

@Fer_GuzmanR