El palo no está pa’ cucharas | El Nuevo Siglo
Lunes, 19 de Noviembre de 2018

 “Al Alcalde le falta conectarse con sus gobernados”

Gobernar debería ser el arte de hacer que las cosas sucedan para el beneficio de los gobernados. Así de simple. Gobernar no debe ser una actividad para exaltar el ego del líder, sino poner su capacidad de trabajo al servicio de quienes lo eligieron y confiaron en él/ella. Cuando las expectativas no se cumplen, la decepción es grande. Y cuando hay decepción aparece la desconfianza, ya que la gente se pregunta, si lo elegimos para que hiciera esto y no está sucediendo, ¿Qué está haciendo?

Una de las torturas en Bogotá son los trancones. Al día una persona puede estar tres horas de su vida en un bus o carro lo que serían como sesenta horas al mes. Pues bien, hablando de expectativas frustradas, la encuesta Bogotá Cómo Vamos, que publicó sus resultados la semana pasada, estableció que el 61% de los ciudadanos que viven y se mueven en Bogotá, sienten que sus trayectos se demoran más.

Si hay algo que los bogotanos han pedido a gritos es que se les permita ir y volver con rapidez, en un servicio público amable, seguro, eficaz y por supuesto poder transitar por vías que no estén llenas de huecos.

Según la encuesta, las localidades que se sienten más atascadas son Rafael Uribe Uribe, Antonio Nariño, Usme y San Cristóbal con el 67% de percepción y las que menos “trancadas” se sienten son Suba, Usaquén, Chapinero, Barrios Unidos y Teusaquillo que oscilan entre el 61% y 62% de percepción de mala movilidad. El 35% de los ciudadanos se transportan en Transmilenio, 16% en el SITP, 7% en buseta, el 13% en carro y 8% en moto.

De lo anterior, la cifra más devastadora es que sólo el 13% de los ciudadanos considera que el servicio de Transmilenio ha mejorado, un resultado 6 puntos porcentuales menos que en frente al año 2017.

La satisfacción con el servicio de los semáforos, cebras de paso peatonal, puentes peatonales, paraderos, atención de accidentes, cumplimiento de normas de tránsito y agentes de tránsito es muy baja, y en todas estas categorías los niveles de satisfacción frente al año 2017 disminuyen.

La gente en general está muy aburrida con los trancones y la infraestructura de movilidad. Y tienen razón. Hablando con ciudadanos éstos coinciden en que se pierde tiempo con las familias, con los niños y hasta para descansar. Los trancones son aliados de la improductividad porque con gente cansada y estresada ¿Qué sociedad puede salir adelante?

Conexo a la movilidad está el medio ambiente. La gente está ahogada en esmog y ven como día a día esa nata negra que cubre el cielo capitalino se engruesa más, mientras que en las calles las basuras, la contaminación visual y las basuras aportan a la insatisfacción de los bogotanos que llega al 74%. Pocas medidas y muchas afecciones respiratorias crónicas y agudas que afectan a los más vulnerables: los niños.

Y en medio de un ambiente en donde solo el 34% de los bogotanos está satisfecho con la cuidad, se viene discutiendo el impuesto de valorización para el año 2019, en donde además del predial los ciudadanos tendremos que meter la mano al bolsillo para pagar 900 mil millones de pesos adicionales por el sostenimiento de una ciudad que no es amable con sus habitantes. He salido a caminar y a conversar con la gente y la conclusión es que a Enrique Peñalosa no solo le falta conectarse con sus gobernados y hacer que las cosas pasen, sino que además le hace falta calle. Así de decepcionados y desconfiados estamos.