Sin lugar a dudas el nuevo Puente Pumarejo, con su majestuosidad, sigue haciendo honor al Río Magdalena, aún con toda su problemática y bien suena entonar la canción de Los Melódicos, que lleva su nombre: “Río Magdalena que nunca te pones viejo, sigues orgulloso bajo el Puente Pumarejo…Río Magdalena que cruzas con tal nobleza, bajo el nuevo puente para integrar la riqueza…Río Magdalena”.
Por lo mismo, se convierte en imprescindible cuidar esta perla, desarrollar como piloto una política de mantenimiento y seguridad, darle continuidad a las calzadas hacia Ciénaga para evitar a su salida el embotellamiento y en especial, propiciar de la mano a su desarrollo impactos económicos y sociales en su entorno.
Es de esperar que la bancada de la Costa y sus interlocutores se esmeren en este asunto. Cuánto solemos los colombianos admirar las nuevas obras de infraestructura pero cuánto nos cuesta prever su mantenimiento, seguridad y el desarrollo social urbano y ambiental concomitante.
Vale la pena resaltar no sólo la importancia de la carretera de Cartagena a Santa Marta para la economía y el progreso, que conecta la Costa Caribe, sus ciudades principales y el centro del país, si no también hacer una pausa para inspirarse en su impresionante paisaje que es como una real mentira cuando en medio de la perspectiva de la playa, aparece en contraste la Cordillera con laderas de gran variedad de cactus y en simultáneo la vista de la Ciénaga. ¡Realmente hermoso!
El primero de los retos fue estructurar y adjudicar la construcción de esta megaobra como impulsar la adición presupuestal para terminarlo, de los dos últimos gobiernos. Es curioso que mitad de su estructura se encuentra en el departamento del Atlántico y la otra mitad en el departamento del Magdalena. Es el puente más ancho del hemisferio y el segundo en el mundo.
El Puente Pumarejo, como dice la canción, es canal para integrar riqueza (o mejor reducir pobreza) y esto implicará atender las necesidades de la población que impacta. Durante la obra, como acto de responsabilidad social se construyó un colegio, pero aún se ve la necesidad de crear alternativas al manejo de basuras a la población aledaña por ejemplo y en general se requiere ampliar la planeación de proyectos locales como de trabajo social. Por su mantenimiento, el Puente debería integrar en sí un propio cuadrante de seguridad.
Por otra parte, aunque fue difícil completar la financiación de la construcción del Puente como tal, voces de la Costa especialmente insisten en la necesidad de continuar la doble calzada de Ciénaga-Barranquilla y evitar el embudo que se forma al pasar de seis carriles a dos.
Por su parte, el anterior Puente Pumarejo -que debe su nombre al gestor político Alberto Pumarejo y su nombre oficial es Laureano Gómez-, ha sido un emblema nacional y prestó sus servicios por más de cuarenta y cinco años y hasta el momento no parecer ser opción financiera su demolición. Como emblema nacional bien está en atender las propuestas de convertir sus extremos en miradores turísticos para bien apreciar a nuestra Colombia querida y entonar de nuevo “Colombia querida…pasa por el puente, pa’ unirnos pa’ to’ a la vida”.
*Presidente Corporación Pensamiento Siglo XXI