“Hacia humanización de economía”
EL capitalismo global sufrirá un fuerte revés por cuenta del Covid-19. La faustuosa comunidad derrochadora y acumuladora de riqueza será reinventada a fuerza de la pandemia.
Portentosas fortunas en manos del 1% de la población mundial ya no definirán más el poder de unos sobre otros. Todos, sin excepción, vamos a mirar al de al lado.
No se idolatrará ni se adulará a los acaudalados. Billonarios contratos de estrellas del deporte, el cine, la música, no tendrán más lugar. Se pagará lo justo a quienes laboran de sol a sol, los invisibles al Estado.
La disfrazada democracia que acolita pobreza, injusticia, exclusión y desigualdad, no irá más. Daremos paso a un entorno que tienda la mano a unas mayorías que antes y durante el virus, sufrieron hambre y desamparo.
La economía capitalista y de privilegios, gabelas y preferencias, dará paso a la humanización de la economía.
El poder en el nuevo mundo que nos aguarda no acogerá con los mismos privilegios a quienes concentraron la renta en medio de costales de pobreza y sufrimiento social.
Viene una nueva vida donde vamos a tener que barajar las cartas y muy seguramente no tendremos tres de reyes. Posiblemente la partida nos dará apenas lo justo.
La vida no será el viejo casino donde los ricos ganan y los pobres pierden.
El nuevo norte no tendrá cabida para el avaro que teniendo tanto pretendió más a costa de una clase trabajadora sometida y abatida, cansada y empobrecida.
El mercado del lujo, el de las joyas, los carros suntuosos, galerías, mansiones, chalets, casas de campo, haciendas, complejos imponentes que afloran la vanidad y la arrogancia, perderán su valor frente al verdadero costo de preservar la vida, vivir bien haciendo el bien.
Pasarla bien con lo justo y valorar la vida con lo necesario. Acoger el reino animal sería un buen gesto.
Claro que vamos a necesitar de los poderosos capaces de generar empleo y mantener fuertes sus compañías.
Sin embargo, si sus capitales no son para reiniciar un planeta más cercano, justo, solidario y desinteresado; no de mucho les va a servir.
En esta embriaguez de soledades y renuncia de abrazos, besos y contacto, nos tocó respetar las reglas de juego que nos plantea el nuevo comienzo.
Ya no tiene esencia ni gracia mirar por encima del hombro. Es hora de ir mirando para los lados.
Va a ser preciso no preguntar al que necesita, será necesario dar sin esperar nada.
Tiempo de entender la nueva ola de la solidaridad política y económica.
Abrazarnos de nuevo solo cobrará sentido si también regalamos un poco de lo que nos sobra, incluso de lo que nos falta.
Reiniciar actividades económicas en forma progresiva y selectiva irá marcando la pauta. Los ingresos de las empresas van a ser lentos en principio.
Indispensable reiniciar la democratización, que a las gentes les paguen bien, que las valoren, las respeten y las repotencien.
Capitalismo salvaje por una economía en sus justas proporciones.