Me refiero con esta palabreja, un anglicismo que traduce “matoneo” en español y que es un abuso de fuerza bien, sea física o verbal, a una persona. Pues sucedió que por un incidente menor en el Senado de la República el subsecretario de la corporación, Saúl Cruz, parece ser agredido por un camarógrafo de un noticiero, por lo menos así lo percibió el agredido. ¿Hubo intención o fue el mero afán del periodista en cubrir la noticia? En este caso no se sabe. Esto suele suceder en algunas ocasiones con las autoridades que por el afán periodístico se pueden cometer imprudencias. Lo digo como director de un noticiero que fui por 15 años en que se presentaron incidentes ocasionales.
Pero ¿Qué pasó con Saúl Cruz, pues que los medios se la montaron ante su reclamo de él, rasgándose las vestiduras y abusando del poder del micrófono y la pantalla? Los medios dimensionaron el hecho haciéndole bullying a este personaje al punto que la Procuraduría, en menos de 24 horas, profirió una sanción de suspensión del cargo al subsecretario por tres meses. Una verdadera salida desmedida ante el clamor de todos los medios que airadamente pedían la cabeza del funcionario por atreverse a reprender al camarógrafo.
En un país como el nuestro donde la impunidad es la reina de los actos, cuando una juez de garantías deja libre a unos energúmenos agresores, quienes cuchillo en mano atacan y hieren a unos agentes de policía, grabados in fraganti, cuando vemos a diario en los mismos medios que camarógrafos y periodistas son ultrajados de verdad en actos de protestas, cuando mujeres son golpeadas violentamente por hombres quedando éstos libres e impunes, entonces, en este caso se le imparte una sanción desmedida y con posibilidad de pérdida del cargo a un profesional serio y respetable como Saúl Cruz. Esto muestra la irracionalidad en nuestro pensamiento y actuar, donde llevados por las emociones o las presiones, enviamos a la picota pública a una persona sin pensar en ella, en su carrera, en su familia y en su futuro como persona.
Doy fe que Saúl Cruz es un hombre íntegro, que no necesita mentir ni menos armar una patraña, él no lo haría, es temeroso de Dios, es un católico practicante y bien sea que esto le molesta a algunos periodistas colegas míos, que han señalado a Saúl de camandulero y “beato” por ser hombre de rosario, misa y comunión diaria, por ser amigo de Alejandro Ordoñez con quien comparte la misma fe. Creo que habiendo tanta cosa grave a diario, este incidente menor pasó a planos mayores donde una explicación y un apretón de manos entre el funcionario y el camarógrafo hubiese resuelto todo, pero no, los medios pedían a gritos ¡sanción, sanción! Y se les dio gusto.