Con la irrupción de Star +, la guerra por los contenidos en vivo se traslada a las plataformas de streaming. Infortunadamente, tenemos que preguntarnos si en países como Colombia tenemos la economía y la conectividad suficientes como para soportar tanta fragmentación de los contenidos.
El fútbol por streaming era una promesa silenciosa. Pero ya se convirtió en realidad. Lionel Messi debutó en el PSG y el mundo lo vio por televisión por cable, pero también desde el celular. Alrededor de la figura máxima del fútbol mundial existe un negocio gigantesco de ventas de derechos de transmisión que es tan apasionante como inentendible. El caso es que los gigantes de los contenidos están en plena guerra fría por el fútbol y por los eventos en vivo.
A primera vista, el usuario de a pie tiene más opciones para ver sus ligas favoritas. Al menú de la televisión por cable, en teoría, se suma otra opción: las plataformas. Ahora, ya no tienes que estar en la sala de la casa para ver el partido que te interesa. Basta con tener un celular con plan de datos y una suscripción para ver el cotejo en vivo desde cualquier lugar. No parece que tanta maravilla aplique en mercados como el colombiano.
La conectividad sigue siendo reducida en nuestro país. Más de 10 millones de personas todavía se conectan a redes de 2G y 3G. El 4G sigue siendo para los privilegiados (una lástima tener que decir esto). Entonces, un partido como el de Messi en el PSG tarda en cargar o simplemente no se puede ver en miles de zonas de la geografía colombiana porque no hay cobertura. Y eso es precisamente la última ventaja que le queda a la ya maltrecha televisión por cable: la cobertura.
Ahora hablemos sobre la complejidad de los derechos de transmisión. Las plataformas se metieron en el juego de invertir en las ligas pagando por la posibilidad de transmitir de forma exclusiva los partidos en vivo. ¡Que rompecabezas complejo! Para los usuarios de a pie es jodido saber por dónde pueden ver el partido que les interesa. Los más interesados terminan buscando links piratas para ver, pero lo usual es que el otrora televidente desista y simplemente vuelva a Facebook o a TikTok y no vea el partido.
Los expertos llaman al fenómeno como fragmentación de los contenidos. Para ver fútbol en vivo tienes que contratar televisión por cable, pero también tener suscripción a una plataforma. Y ya ni sabemos qué y por qué debemos pagar. Entonces, simplemente desistimos. Queda la conclusión que el fútbol como negocio se volverá mucho más de nicho. Tan sólo los partidos importantes serán masivos. Y eso cambiará la industria de los eventos en vivo para siempre. En mercados como el colombiano, tenemos tres problemas: la cobertura de internet, lo viejas que son las redes (todavía son de cobre y eso hace que nos tardemos 10 segundos en ver un gol) y el más grave de todos: el bolsillo.