NO conviene culpar del desempleo al salario mínimo y a los parafiscales.
Eso es disfrazar la realidad. Qué desencajados algunos gremios.
Si el desempleo desborda 11% no es por cuenta del salario.
La informalidad no crece por el costo de la nómina.
Las causas del desempleo hay que buscarlas en otro lado.
El enfoque debe ser riguroso para encontrar raíces que hacen crecer el árbol del descontento nacional.
La economía crecerá este año un poco más del 3%, insuficiente para atender la demanda de empleo.
Proyección del Gobierno mayor al 4% en la expansión de la economía en 2020 tampoco alcanzaría para absorber la demanda de empleo.
El país requiere músculo empresarial y financiero para crear alrededor de tres millones de puestos de trabajo.
Cierto que parafiscales pesan en la nómina de empresas. Pero también influyen en bolsillo de trabajadores e independientes.
Si Cajas de Compensación no optimizan sus recursos en beneficios a sus afiliados, habrá que actuar.
Sin embargo, desmantelarlas financieramente, sería como decirle a trabajadores que no cumplan aportes en salud y pensiones porque sus ingresos son limitados.
Economía 2020 ya inicia actividades a todo vapor y es preciso apurar fórmulas que ayuden a generar empleo, reducir informalidad y evitar destrucción de trabajos.
Centros de pensamiento y gremios en lugar de distraer y confundir, deberían reorientar energías en consensos que produzcan soluciones al desempleo. Ser más cercanos a la gente, no lejanos y arrogantes.
Estar del lado de necesitados, no mirar solo para arriba.
Proponer salidas a necesidades sociales y no crear incertidumbre.
Ver el empleo como gran prioridad.
Por eso, urge pacto social por el empleo, incluyendo a 1,6 millones de migrantes venezolanos.
Con la misma vehemencia con que líderes empresariales se opusieron al salario del millón de pesos, deberían actuar frente al desempleo y sus reales causas.
Independiente del monto del salario, si una empresa requiere un nuevo colaborador, lo engancha.
Ningún negocio quebró por pagar el mínimo o más.
Empleados contentos y productivos tienen mucho que ver con sus ingresos.
Compañías que más prosperan y crecen son aquellas con un buen entorno laboral y salarial.
Trabajadores contratados a través de cooperativas generalmente no son los más felices. No reciben beneficios y al terminar su contrato, están expuestos a la incertidumbre de renovar.
Pararle bolas al drama de los desempleados y también a quienes trabajan en condiciones precarias, injustas y de abuso.
Gobierno y patronos: pasen de la conversadera a la creación de empleo.
No hay mucho que esperar cuando por estos días la clase política se ocupa de burocracia, ‘mermelada’ y clientelismo.
La gabinetología copa la atención de partidos y movimientos. El apetito voraz por ingresar al Gobierno, hace que temas vitales para el país y sus regiones, importen un carajo.
En política el único empleo que cuenta es el de ellos, en el gabinete.