En la ciencia política se identifica al centro del espectro político como el espacio que ocupan los partidos que se ubican en un lugar intermedio frente a posiciones que algunos clasifican en las categorías de izquierda y de derecha. En diferentes casos esas posiciones son antagónicas y no es posible encontrar coincidencias frente a temas como la seguridad o el principio de autoridad. Pudiéramos decir entonces que el centro es la postura que busca construir consensos.
Se dice que quienes niegan la existencia del centro desde la derecha ven a los que se autodefinen de centro como más cercanos a la izquierda. Y quienes así piensan desde la izquierda ven a los del centro como más cercano a la derecha. Esa es la gran paradoja. Lo cierto es que la izquierda y la derecha se diferencian más en concepciones sobre el modelo económico. La libertad del mercado se clasifica como de derecha, y la intervención regulatoria del Estado en diferentes sectores de la economía y la prestación de servicios públicos esenciales, se percibe como de centroizquierda. El centro toma de un lado y del otro. La izquierda, en general, busca promover el ideal de la igualdad y parte de la base de que la competencia de las fuerzas del mercado genera más pobreza al no redistribuir en forma equitativa el ingreso.
En el mundo Ángela Merkel, quien gobierna Alemania desde 2005, pertenece a la Unión Demócrata Cristiana que ha tenido como fuente de inspiración la encíclica Rerum Novarum que expidió el Papa León XIII a fines del siglo XIX, de donde surgió la OIT, y la doctrina social de la Iglesia católica. Ella representa hoy el centro del espectro político que respeta valores considerados como tradicionales pero también la equidad social; le dio albergue a miles de inmigrantes.
Fukuyama dice que Trump representa a la política identitaria que encarna el sentimiento que tiene la gente de que su identidad se les está quitando de la mano por la globalización. Es la defensa de la identidad nacional frente a la inmigración y los extranjeros; esa demanda de respeto y dignidad supera el autointerés material. Dice que se requiere políticas económicas para todos, especialmente para unas clases medias con enorme ansiedad por la pérdida de estatus (conquistas) y de suelo bajo los pies por la globalización.
También recuerda que la Unión Europea surgió para reemplazar las identidades nacionales -que se expresaron en las dos guerras mundiales- con más cosmopolitismo e instituciones internacionales. Luego agrega que hoy la mayor división no es la tradicional entre los ejes izquierda y derecha del siglo XX, sino una división social entre gente bien educada que vive en grandes ciudades que tiene muchas oportunidades creadas por la globalización y la gente que vive en áreas pequeñas rurales, que no tienen las mismas ventajas, tienen menos educación, son menos móviles y son el centro de apoyo de los partos populistas.
Se invocan estos referentes para que cada quien se ubique en la realidad del país en medio del debate que siempre suscita.