Sin hacer explícito el amor por nosotros mismos, el que expresemos hacia afuera será menos fuerte, menos auténtico y palabra vacía.
Expresarnos a nosotros mismos el amor quiere decir que podemos abrazarnos incondicionalmente, con nuestros errores y nuestros aciertos, nuestras virtudes y nuestros defectos. No se trata de pasar por alto con total indulgencia las equivocaciones que cometemos, sino de aprender de ellas para evitar la perpetuación de acciones, emociones y pensamientos que nos hacen daño a nosotros mismos, a otras personas y a la naturaleza en su conjunto. Amarnos primero a nosotros mismos no es sinónimo de egoísmo. La frase Dios es amor no es una simple fórmula de cajón, sino una realidad que podemos comprobar en cada instante de nuestra propia existencia. Por ello, la experimentamos inicialmente en primera persona, no para quedarnos ensimismados y anclados en nuestros deseos, sino para reconocer que la fuerza del amor se manifiesta tanto en mí, como en los demás y todo lo creado.
La importancia de la fuerza del amor es que está en todo, adentro y afuera. Amar es hacer explícita esa fuerza, vivirla, atestiguarla, evidenciarla y expresarla, porque estamos tan conscientes de estar llenos de ella que no solamente nos la podemos manifestar a nosotros mismos, sino que la expresamos en todas nuestras relaciones. Esto es posible, pero difícil, pues se nos interponen las fuerzas emergentes del ego, no tan potentes como el amor, pero sí lo suficientemente saboteadoras como para que no podamos compartir con otros la experiencia amorosa de manera incondicional. ¡Ahí tenemos unos potenciales de aprendizaje enormes! Si continuamos reduciendo el amor a una emoción o a un sentimiento, nos seguiremos perdiendo la gran experiencia de reconocer que nosotros estamos hechos justamente de ello, amor.
El siguiente paso, y luego simultáneo, es reconocer en nuestros compañeros de camino ese amor, así como en toda la humanidad y la creación entera. Creo que algo fundamental es reconocer que no es que yo sienta amor por ti, sino que entre los dos está presente el amor y que lo atestiguamos mutuamente con cuidado, respeto y honra, para manifestarlo en palabras y acciones. Es fundamental expresar el amor, para que no sea una suposición sino una vivencia compartida. En un te amo se refleja el reconocimiento del otro, porque yo me reconozco y me amo.
La invitación de hoy es que le manifiestes tu experiencia del amor a tus seres queridos, para que no se quede en suposiciones o preguntas, sino que sea un diálogo entre personas que se saben hechas de amor y que reconocen que él está presente en cada vínculo. Te invito a que ese te amo esté pleno de sentido. @edoxvargas