Quisiera dedicar esta columna a hablar sobre la importancia de entender la riqueza de la educación y veo cómo estamos en Colombia haciendo un cambio progresivo con respecto a este punto. Por eso quisiera detenerme un momento en darles mi opinión con respecto a lo que se menciona por estos días sobre el adoctrinamiento en los ámbitos educativos.
Desde mi punto de vista quienes hablan de este término es porque conocen qué es o han vivido el adoctrinamiento que no es nada más, según la RAE, que “Inculcar a alguien determinadas ideas o creencias” y esto dista de los objetivos de la educación en el mundo, en donde lo que se quiere es crear competencias o habilidades en los jóvenes, acompañándolos en la construcción de sus propias ideas y creencias basados en el conocimiento.
De lo anterior se desprende un concepto muy interesante que quienes habla de adoctrinamiento en la educación desconocen y se llama el Pensamiento Crítico, esta quizás es una habilidad que deberíamos desarrollar todos y que nos lleva a realizar análisis basados en evidencia y en conocimiento pensando críticamente o en términos coloquiales a no tragar entero. Con esto quisiera invitar a quienes hablan de adoctrinar que primero dejen el show y entiendan que los adoctrinados son ellos mismo a quienes los han llevado a tragar entero y a seguir tesis de quienes ven como referentes, pero no a criticarlas.
Mi segunda intención en esta columna es reflexionar sobre la educación en el sector salud que unen en mi concepto dos de los pilares de este gobierno, en primera instancia se quiere desde el Ministerio de Salud llevar la prevención y la salud a toda la ruralidad, lo cual debe cambiar en cierta forma la forma de educar a nuestros profesionales de salud y debe hacer migrar el modelo educativo en Colombia hacia desarrollar competencias que permitan o por un lado crear unos profesionales en salud en un esquema más preventivo y salutogénico, o por el contrario continuar en nuestro modelo centrado en el diagnóstico y tratamiento de la enfermedad cada vez más subespecializada y atomizada, intentando llevar a estos especialistas y subespecialistas hacia la ruralidad, ¡vaya problema!
Por esto hago un llamado al ministro de Educación, Alejandro Gaviria, a que se le ponga la suficiente atención a este punto, porque no solo se deben hacer cambios importantes en acceso sino también en modelo de educación en salud que no debe estar centrado solamente en lo medico clínico sino en las demás profesiones de la salud.
Uno de los ejemplos de esto es lo que pasa con la Ley 2241 de 2022 que pretende justamente fortalecer la educación en Cuidados Paliativos en el pregrado para tener profesionales de salud que cuenten con las competencias necesarias para conformar equipos sanitarios de las redes integradas de prestación en salud y de esta manera poder fortalecer la prestación de cuidados del dolor y otros síntomas que generan sufrimiento en las personas que padecen enfermedades en terminalidad, resolviendo en una parte y a mediano plazo el problema por ejemplo de prestación de estos servicios en la ruralidad a través de diferente profesionales capacitados.
En mi opinión este debe ser un esfuerzo conjunto para lograr de verdad producir un cambio no solo en educación sino también en salud en este país.