TOMANDO NOTA
Una propuesta razonable
Con ocasión de la publicación que hice en este mismo diario del proyecto de paz que concebí hace algunos años, en cuyo Punto VI contemplé el derecho de la representación política que se les otorgaría a los grupos alzados en armas que se desmovilizaran, en cada una de las corporaciones de elección popular, y cuyos candidatos serían elegidos, según mi iniciativa, -por circunscripciones electorales especiales-, recibí el comentario de un respetable corresponsal, el Cr. Oswaldo Caraballo Diaz; comentario que no vacilé en hacer trascender en El Nuevo Siglo y El Universal, periódicos que siempre le han rendido homenaje a las libertades de expresión y de pensamiento.
“La idea, me dice el corresponsal, es que usted proponga en su proyecto, para las Reservas de las Fuerzas Armadas, un trato similar al que propone en la cláusula VI para los desmovilizados que entreguen las armas”. “¿Por qué la propuesta?”, pregunta su autor y él mismo responde: “Porque las reservas de las Fuerzas Armadas son un sector de la sociedad colombiana que en defensa de ella han cumplido el mandato constitucional de los artículos 217, 218 y 219 en la actividad de garantizar la democracia y permitir a los sectores de la producción impulsar el desarrollo nacional y, lo que es más respetable resaltar, permitir el libre juego de las ideologías para que la clase política pueda acceder al gobierno con las propuestas de beneficio general. Todo esto significa -sigue diciendo el coronel-, que las reservas cuando estaban en actividad protegieron con las armas oficiales el Estado de derecho, los desmovilizados con el uso ilegal de las armas pretendieron establecer el comunismo de guerra de Lenin, impuesto a sangre y fuego entre 1918 y 1920”.
En verdad, leí más de una vez la sustentación contenida en el párrafo trascrito, la cual terminó con impactarme bien. Por supuesto, que la agregaré a mi proyecto de paz en su esencia, no siendo lo más relevante el número de curules que en cada corporación de elección popular tengan las fuerzas desmovilizadas y los reservistas de nuestras Fuerzas Armadas, sino el derecho de representación que deberá reconocérseles como movimientos con aspiraciones de constituirse en partidos políticos o en organizaciones sociales, de acuerdo con las disposiciones sobre participación democrática que prevé la Constitución (Título IV - Capítulo 2)
Con todo, en el Pacto de Paz que finalmente se acordare, el número de curules deberá quedar establecido para que sean elegidos en circunscripciones electorales especiales, unos y otros.
Creo que la iniciativa de darles representación política en las corporaciones públicas a los desmovilizados de las guerrillas y a los reservistas de nuestras Fuerzas Militares que defendieron nuestras instituciones, cuadraría el círculo de la paz. Iniciativa que nos proponemos poner en manos de los miembros de la Comisión Asesora de Paz, recientemente designada por el Gobierno. Y hoy, a consideración de la opinión pública.