¿Somos capaces de humanizar la guerra?
“No se puede entender que el repudio se limite a lamentaciones”
Dentro de la campaña “Soy capaz” , a través de la cual se hace una sana pedagogía por la reconciliación entre los colombianos ,- en la dirección de construir un nuevo país-, cabe preguntarle a los representantes del Gobierno y de las Farc en la mesa de negociaciones de La Habana , por qué no han sido capaces de pactar un acuerdo mínimo para humanizar nuestro conflicto armado, cuando las normas del DIH son de carácter imperativo y de obligatorio cumplimiento para las partes no solamente en las guerras internacionales, sino en los conflictos armados internos .
Haber sido capaces, en cambio, dichos negociadores, de tolerar hechos de lesa humanidad o actos prohibidos de guerra, expresamente señalados en los convenios internacionales suscritos por Colombia , vale decir, de seguir negociando sin exigir que se pare la guerra sucia que cobra todos los días vidas de personas inocentes , se constituye en aberración intolerable y sobre lo cual los promotores de “Soy capaz” deben tomar nota para incorporar esa exigencia en sus libretos publicitarios, pero dirigidos a los voceros Gobierno y de la insurgencia armada en La Habana, pues son los únicos eventualmente capaces de pactar la humanización de nuestro conflicto mientras llega la paz.
Dentro de esa perspectiva uno no puede entender que el repudio se limite a las lamentaciones , como acaba de ocurrir con el asesinato de siete policías, por fuera de combate, como cuando escuchamos los lamentos del general Palomino, director de la Policía Nacional y su ofrecimiento de cien millones de pesos para quien informe sobre el autor o autores de la masacre de los jóvenes policías a su mando.
Cabe preguntar: ¿Si se hubiera pactado el acuerdo mínimo de respeto al DIH en la Mesa de Negociaciones de La Habana esos siete policías de las fuerzas que dirige el general Palomino hubieran sido masacrados? , ¿O será que estamos emplazados a solo deplorar los hechos atroces que seguirán ocurriendo en los escenarios de nuestro conflicto?
Cuán importante sería que se creara una clara conciencia sobre la necesidad y conveniencia de humanizar nuestro conflicto. Para el propio Gobierno y para las Farc sería la mejor manera de aprestigiar el proceso de paz ante los colombianos y ante el resto del mundo , y de esperar, de contera, que el referendo de los acuerdos de paz en los cuales será incluido el derecho de los guerrilleros desmovilizados a ser elegidos a la corporaciones públicas de elección popular , se apruebe en las urnas.
Y qué bueno pensar en que el presidente Santos le diga a sus compatriotas, más temprano que tarde: “Soy capaz de obtener que se humanice la guerra mientras llega la paz”.
¡Hagamos votos para que así sea!