EDMUNDO LÓPEZ GÓMEZ | El Nuevo Siglo
Viernes, 22 de Agosto de 2014

Tiempo para cambios…

 

En esta nueva etapa del Congreso, debemos abrir un compás de confianza sobre el desarrollo de sus actividades legislativas:  congestionadas de proyectos  del Gobierno y del propio Congreso; amén del ejercicio de control político, a través de debates promovidos por la  oposición, pero algunos de ellos por partidos afectos al Gobierno, como el  de la venta de Isagen, donde, además del proponente -el Partido Liberal Colombiano-, concurrieron los partidos, todos a una, para expresar su desacuerdo sobre la  venta  de ese bien público y cuyo primer efecto fue el de lograr su aplazamiento por un año, pues el Gobierno supo escuchar la protesta in crescendo que se levantó en los distintos estamentos de la nación, por considerarla inconveniente, hasta el punto de poder vaticinar que, finalmente, la operación no se consumará y que se buscarán otras fuentes de recursos para financiar las llamadas carreteras de 4ª generación y  otras megaobras.   

Habrá que confiar, igualmente, en el buen juicio de las directivas de las Cámaras, las cuales deben hacer una equitativa distribución del tiempo, de tal manera que se puedan cumplir las mencionadas atribuciones del Congreso, con apego a los reglamentos, o lo que es lo mismo decir, con respeto al derecho de todas las bancadas para expresar sus acuerdos y desacuerdos.

Dentro de ese enfoque garantista, uno espera que tres de las grandes reformas de las cuales se ocupará el Congreso, la de la justicia, la político- electoral y la de la salud, puedan debatirse con amplitud y profundidad y culminar satisfactoriamente, pues son tan necesarias para reordenar la marcha de nuestro Estado social de derecho, que sin ellas caminaríamos hacia su destrucción.  

Por otra parte, tendrán especial resonancia los debates de control político  sobre la marcha del proceso de paz -más allá de lo trinos que se escuchan-,  la seguridad en las fronteras, los efectos de las sequías y las posiciones adoptadas por Colombia frente a las últimas pretensiones de Nicaragua, y ojalá haya tiempo para que el Congreso examine la invasión de sus propios  fueros,  los cuales, a través de varias  sentencias que ha venido dictando  la Corte Constitucional, ésta ha desvirtuado normas constitucionales vigentes sobre derechos adquiridos y régimen de pensiones, adoptados mediante los Actos legislativos 01 de 2005 y 03 de 2013, y la última sentencia, para   justificar la inaplicación de normas constitucionales sobre prevalencia de los  tratados -incluidas  las recomendaciones de la OIT  las cuales protegen las convenciones colectivas de los trabajadores-, con la teoría de que existe un margen de discrecionalidad por parte de las autoridades, incluidos los jueces, para interpretarlos y apreciarlos y o aplicarlos, así éstos sean obligatorios y vinculantes; tesis inspirada en “el nuevo derecho” que viene minando la seguridad jurídica en nuestro país, con los riesgos que advirtiera el hoy Ministro de la Presidencia, doctor Néstor Humberto Martínez, en artículo luminoso publicado en Ámbito Jurídico el 29 de mayo de 2013.

edmundolopezg@hotmail.com