El homenaje a López
En la noche del miércoles que acaba de pasar se cumplió el último homenaje a la memoria del expresidente Alfonso López Michelsen, organizado por el presidente del Congreso, Juan Fernando Cristo Bustos, y el ministro del interior, Aurelio Iragorri Valencia, dentro del marco de la ley de honores relacionada con el centenario de su natalicio, en un acto regido por la sobriedad, en el hermoso escenario del Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo, con asistencia del cuerpo diplomático, de viejos amigos del MRL, de admiradores intelectuales suyos, de miembros de su familia, y con la presencia del presidente Juan Manuel Santos, de dos expresidentes colombianos, Belisario Betancur y Ernesto Samper, y de dos expresidentes panameños, Aristides Royo Sánchez y Nicolás Ardito Barletta Valarino, y del primer vicepresidente constitucional de la República de Panamá, Samuel Arlitto Varletta.
Durante el desarrollo del homenaje se presentó el magnífico documental “López, la historia de un intelectual rebelde” y un conversatorio sobre “López y el canal de Panamá”, moderado por el expresidente Ernesto Samper y con participación de los nombrados expresidentes de Panamá.
En fin: actos de un homenaje preparados para que quedaran en la memoria histórica del país. Como quedó, el que con ocasión del hermoso gesto del presidente López con Panamá, se celebró en el Hotel Hilton el 12 de diciembre de 1980, homenaje del cual tuve el honor de ser oferente, con asistencia del jefe de Gobierno de Panamá, general Omar Torrijos, del expresidente del mismo país, Aristides Royo, del expresidente Daniel 0duber, de Costa Rica, y del expresidente Carlos Andrés Pérez, de Venezuela, todos firmantes, con el expresidente López, del Acta de Contadora, bajo cuya orientación se llegó al memorable acuerdo por el cual se protocolizó la voluntad de Colombia de renunciar a los derechos que le había reconocido el Tratado Urrutia-Thompson, derechos que luego se restablecieron a nuestro país, por la decisión soberana de Panamá, - mediante el Tratado de Montería o Uribe Vargas-0zores-, de cuya ley aprobatoria tuve el honor de ser ponente como senador de la República.
Apenas me queda espacio para ponderar el discurso del presidente Santos en el Teatro Mayor, en el cual exaltó en términos justos y elocuentes la personalidad del expresidente López, entre cuyos grandes aportes recordó el de su lucha por el cumplimiento del Derecho Internacional Humanitario en nuestro conflicto; deseo que no pudo ver realizado, sin embargo, en la Mesa de negociaciones de La Habana, pues, en ese escenario, ni el Gobierno ni las Farc han dado un solo paso para aplicarlo.
¿Será que el presidente Santos, al referirse a ese empeño del expresidente López y para rendirle el mejor de los homenajes, ordenará que el proceso de paz se recomponga, en ese sentido? Pues, lo que tenemos, es una guerra sucia que cobra víctimas todos los días, con violación, precisamente, del DIH.