No saben, no responden…
En artículo anterior preguntamos a los candidatos presidenciales si eran partidarios de exigir, como condición para continuar las negociaciones de paz, durante el período en el cual uno de ellos adquirirá el carácter de jefe de Estado, que se pacte un acuerdo de cumplimiento inmediato para aplicar, dentro de nuestro conflicto armado interno, las reglas del derecho internacional humanitario a los combatientes y también a las personas que no participan directamente en las hostilidades, a quienes se les debe respetar la vida y la integridad física y moral.
Bien informados de que el artículo llegó a conocimiento de los candidatos por la vía de sus asesores, sin embargo, nuestra pregunta no ha sido contestada, pese a que el repudio nacional crece todos los días contra hechos atroces o de lesa humanidad que se cometen en los escenarios de nuestra guerra y cuyas ocurrencias, como la matanza de policías por fuera de combate, en fecha reciente, lejos de aprestigiar el proceso de paz de La Habana, lo han descreditado.
Hemos dicho, más de una vez, que el actual proceso de paz fue mal planteado, al seguir los esquemas de los anteriores que no colocaron como premisa la exigencia del respeto a esas normas superiores de carácter humanitario, así tuvieran -como siguen teniendo- poder vinculante tanto para las fuerzas legítimas del Estado como para las de la insurgencia.
Preocupa que los candidatos hagan mutis por el foro en materia tan importante, como si fuera suficiente la declaración de querer la paz, pero sin detenerse a examinar las propias circunstancias en que se desarrolla el conflicto, esto es: sin reglas que lo gobiernen aun dentro del período de negociaciones.
Los candidatos no pueden seguir callando. Es una pena que prefieran guardar silencio, y que se expongan a ser colocados, como en las encuestas, entre “los que no saben” o “no responden”.
Una vez más, los emplazamos a que hagan conocer su opinión, porque el ciudadano debe tener como punto de referencia para votar en las urnas, el compromiso que adquieran los candidatos presidenciales en asunto tan trascendental.
No basta que, de una parte, el Presidente de la República y su vociferante ministro de Defensa, repudien públicamente los hechos de lesa humanidad y que señalen a los insurgentes como terroristas, y, que de otra parte, Timochenko, riposte contra nuestro ejército, acusándolo de violar los derechos humanos. Lejos de escuchar esas diatribas, lo que espera el país es que se le dÉ relevancia a la propuesta de humanizar la guerra, pues, dentro de las actuales perspectivas de una guerra sucia, el tratado de paz que ponga punto final a nuestro conflicto, no se firmará tan pronto.
PD. Reiteramos nuestra posición: Si no hay una definición de los candidatos presidenciales en la dirección planteada, preferiremos y recomendaremos votar en blanco.