TOMANDO NOTA
Nuevo aire para la paz
UN buen aporte al proceso de paz fue el nombramiento del doctor Luis Carlos Villegas como ministro de Defensa. Porque seguramente se cambiará el enfoque del ministro saliente, para quien las negociaciones de paz se estaban adelantando con un grupo terrorista, como tantas veces llamó al grupo insurgente, el cual, sin embargo, ha venido compartiendo manteles con el Gobierno en La Habana
Y no será asunto de poca monta ese cambio de criterio, en cuanto a las concesiones que deberán hacerse para firmar la paz. Hablar de la representación política que podría otorgárseles a las Farc, una vez depongan y entreguen las armas, sería un imposible moral si realmente se estuviese negociando con terroristas, y, mucho más complicado aún sería que a un grupo con dicho perfil se le aplicaran medidas de justicia transicional como las que se han venido anunciando, para justificarlas, incluso, ante la Corte Penal Internacional.
Sin una sana pedagogía para la paz, no será posible que el pueblo colombiano entienda los beneficios que traería ponerle punto final a la guerra. Dentro de esa perspectiva, el lenguaje de quienes representan al Estado, debe ser persuasivo y edificante. Y las acciones de las partes en conflicto, mientras se negocia la paz, enmarcadas total y no fragmentariamente, dentro de los principios y normas del Derecho Internacional Humanitario. Porque se equivocan quienes creen que el proceso de paz pueda tener futuro si se sigue negociando dentro de una guerra sucia.
Nos llamó la atención, que en la Mesa Redonda donde participaron Antonio Caballero -nuestro gran comentarista-, Pablo Catatatumbo Iván Márquez, -divulgada por Canal Capital de la TV-, en la cual se plantearon inquietudes serias para poder salir del conflicto, no se hablara, sin embargo, de la necesidad de humanizar la guerra mientras se llega a firmar la paz, tanto más cuanto, según las cuentas de los personajes guerrilleros, la guerra podría prolongarse más allá del gobierno del presidente Santos; prolongación no exenta de riesgos, como se los advirtiera Caballero, quien les hizo la advertencia juiciosa de que el próximo Presidente de la República no los trataría mejor que Santos.
Con todo, la condición de humanizar la guerra no será posible sin que la cúpula militar legítima no la asuma también a plenitud, pues limitar esa exigencia solo a los alzados en armas no tendría una explicación racional. Un acuerdo en La Habana, en ese sentido, avalado por el general Mora, quien representa a nuestras Fuerzas Militares, le cambiaría la cara al proceso de paz. Para acreditarlo ante los colombianos, hoy mayoritariamente escépticos.
El nuevo ministro Luis Carlos Villegas, cuya exitosa trayectoria pública hemos seguido por más de 30 años, podría lograr, si se lo propone, que por el camino de la humanización del conflicto y durante este gobierno, se cierre el capítulo más violento y largo de nuestra historia. ¡Hermosa misión!