La Región Caribe en el Gobierno
Al parecer, el presidente Santos se percató de que nuestra Región Caribe debía ser mejor mirada por su gobierno. Pudo pensar que la unidad nacional no se reflejaba solamente con la vocería de andinos conspicuos sino con la participación de otros valores de nuestra nación, con criterio de equidad regional.
De los ministros costeños ratificados, hay que destacar el buen papel de Cecilia Álvarez Correa al frente del Ministerio del Transporte, quien desde esa cartera se ha impuesto un estilo de trabajo que contrasta con el que practicaron algunos de sus antecesores, personajes perezosos que no asumieron la misión de vigilar y visitar las obras directamente con la finalidad de percatarse del cumplimiento de las obligaciones asumidas por contratistas, muchos de los cuales “hacían de las suyas” precisamente porque el Estado no practicaba un seguimiento riguroso a la ejecución de los contratos. El otro Ministro de la costa Caribe es el de Comercio Exterior, Díaz-Granados, hombre probo, pero comprometido infortunadamente con los Tratados de Libre de Comercio que están llevando a la ruina a los agricultores y ganaderos de la región y que merecen revisarse ante sus evidentes inconveniencias, como se pidió de manera vehemente en las marchas campesinas recientes.
La representación de nuestra Región Caribe se amplió con la designación del destacado economista Amylkar Acosta Medina, en el Ministerio de Minas y Energía, y de Tatiana Orozco, en la Dirección de Planeación Nacional. El doctor Acosta Medina, de quien se espera una significativa gestión en defensa de los intereses del país, tiene gran experiencia, ha escrito 34 libros la mayor parte sobre temas que atañen a las funciones de su cargo, luego se encuentra preparado para asumir el desafío en momentos difíciles. Ha demostrado independencia y carácter en sus planteamientos críticos más de una vez; atributos que lejos de ser negativos son ciertamente positivos, de mayor entidad moral que el incondicionalismo, esa forma abyecta con que algunos seres mediocres ejercen su lealtad con los gobernantes.
En cuanto a Tatiana Orozco, la nueva Directora de Planeación Nacional, hay esperanzas fundadas de que le imprimirá un nuevo talante a esa dependencia estatal, para abrirle paso a una nueva visión de país, más allá de la que ha tenido la rosca dominante capitalina bajo la influencia de intereses que solo han producido desequilibrios regionales preocupantes, desintegradores de la unidad nacional.
El Presidente le ha dado un giro importante a su gobierno, en homenaje a la provincia, es la lectura que hacemos de la nueva conformación de su gabinete. ¡Falta que hacía! También se la jugó para sacudirse de lastres políticos que en buena hora decidió tirar por la borda para gobernar de mejor manera, dentro de la tempestad. En fin, rectificar, también es saber gobernar.