Economía vulnerable | El Nuevo Siglo
Viernes, 19 de Abril de 2024

¿Cuándo será que la economía va a arrancar? Es la pregunta que dejó el comienzo de la pandemia y aún no se contesta con claridad. Esto tanto para el mundo como para Colombia, necesariamente entrelazadas. En nuestro caso, tocaría abstraer el extraordinario crecimiento del año 2021 hasta el segundo semestre de 2022.

Terminado el difícil año de 2023, el 2024 inicia con un pronóstico de “aguante” en el primer semestre y de tener un mejor entorno macro en el segundo. Sin embargo, la llamada resiliencia o capacidad para adaptarse después del shock, no sólo económico sino también político, ha sido lenta.

Así lo explica la calificadora Standard and Poors, S&P Global, en su reciente estudio “Panorama económico para los mercados emergentes - 2T de 2024: Divergencia en el crecimiento en el futuro”, que vale la pena meditar. También es cierto que la brújula del gobierno, con su movimiento pendular -efecto de marea- tampoco colabora.  Esto sumado a que los esfuerzos de los países por contrarrestar los efectos inflacionarios, vía una política monetaria restrictiva, no ha podido soltar muy rápido la cuerda, como se hubiera esperado, para comenzar a sentir una baja más contundente en las tasas de interés, que ha encarecido el servicio de la deuda y el financiamiento de nuevas inversiones.  

Si no se piensa en cómo alentar la inversión, en imprimir confianza inversionista, en mecanismos para fortalecer cada sector y en diversificar la economía, la cuestión se hace más compleja. Dice, S&P Global, que países que tuvieron un desempeño inferior el año pasado, como Colombia (casi nulo), crecerán modestamente: “A pesar de las mejores condiciones, los mercados emergentes seguirán afrontando obstáculos importantes este año que mantendrán las trayectorias económicas sumamente vulnerables. Estos incluyen los efectos retardados de las altas tasas de interés y el lastre de una eventual desaceleración del crecimiento estadounidense, que prevemos será más notoria en el segundo semestre de 2024”.

La calificadora acaba de revisar su proyección de crecimiento del PIB para Colombia en el 2024 a 1.1%, con una reducción frente a la proyección inicial de 20 puntos menos (20pb). No se puede dejar todo a la influencia de unas tasas de interés globales más bajas, que seguro vendrá asociada con un camino igual por parte de las decisiones de la Junta del Banco de la República.

S&P Global percibe fragilidad de la economía de la zona euro, alta incertidumbre del mercado inmobiliario chino y una desaceleración de la economía estadounidense en el segundo semestre. También se trata de acompañar la ruta y no hacer el camino más fácil a los distintos sectores, en un ambiente y condiciones que propicie la mejora en el grado de inversión. S&P considera que todavía la vulnerabilidad es muy alta.

Según la calificadora, un PIB mundial resiliente puede respaldar a mercados emergentes como Colombia. Pero si el faro no es fortalecer la capacidad de las empresas y prepararnos para mejores tiempos, esas oportunidades se subirán a otros buses y beneficiarán a otros países. El apoyo a la fuerza productiva radica en sacarla del péndulo de la incertidumbre que genere un entorno amigable para cultivar y producir.  

*Presidente Corporación Pensamiento Siglo XXI

atisbosmariaelisa@gmail.com