Las mayores necesidades energéticas de las redes 5G y la creciente presión para reducir el consumo energético y las emisiones de CO2 como respuesta al cambio climático han hecho que los operadores de telecomunicaciones deban buscar maneras innovadoras de gestionar las necesidades energéticas de sus redes. Esto resulta alentador para el futuro de la industria -y para el medio ambiente-, pero existen herramientas infrautilizadas a disposición, las cuales pueden ayudar en ambos casos.
Durante las últimas semanas, hemos destacado algunas de estas mientras analizamos las características de la Unidad de Control Vertiv NetSure (NCU), el avanzado controlador de Vertiv para sistemas de energía de CD. Hemos cubierto temas como peak shaving (nivelación de picos) y shifting (desplazamiento de picos) y el modo de baterías de iones de litio, los cuales presentan oportunidades para una gestión energética más inteligente. Hoy, nos concentraremos en Eco-Mode, un modo de operación para el ahorro energético que los operadores de redes suelen pasar por alto o usar de forma incorrecta.
Comencemos con una breve introducción sobre Eco-Mode. La mayoría de sitios de telecomunicaciones funcionan con una carga del 50% o menos la mayor parte del tiempo. La potencia restante disponible podría ser necesaria para la redundancia, las cargas máximas o la recarga de las baterías, pero esta solo será usada una pequeña parte del tiempo. Eco-Mode apaga los rectificadores no utilizados para conservar la energía y solo se activa según lo requiera la carga. Es una forma efectiva de gestionar el consumo energético en un sitio, pero los operadores con una actitud reacia a correr riesgos han sido cuidadosos. Sin embargo, Eco-Mode no es una función nueva y se ha comprobado que puede operar de forma confiable según lo previsto en miles de implementaciones alrededor del mundo. La precaución temprana es comprensible, pero en este punto, la incapacidad de adoptar Eco-Mode es simplemente una oportunidad desperdiciada.
Hasta los operadores que usan Eco-Mode con regularidad en sus redes suelen subestimar el simple beneficio de los ahorros de costos de la función. En su defensa, estos operadores preocupados por la eficiencia suelen implementar rectificadores con una eficiencia superior del 98% en sus redes. Si bien este compromiso es elogiable, esta herramienta puede minimizar esta importante inversión. Con éste, el sistema puede estar equipado con la mitad de rectificadores con eficiencia del 98% y la mitad de rectificadores de menor eficiencia -y menor costo-.
La Unidad de Control NetSure se asegura de que los rectificadores operen a una eficiencia máxima en prácticamente cualquier condición y lo hace de forma perfecta al medir de forma continua la carga y activar los rectificadores de manera adecuada. Además, el controlador rota los rectificadores, para que estos compartan ciclos de trabajo de forma equitativa a lo largo del tiempo, lo cual prolonga su vida útil. Los rápidos cambios de carga son manejados sin interrupción ni degradación del servicio gracias a la presencia de bancos de baterías y la rápida respuesta de los rectificadores. El sistema reaccionará rápidamente a los cambios importantes en la carga por medio de poner los rectificadores inactivos en línea de forma segura en cuestión de segundos.
Conclusión: al operar rectificadores con eficiencia del 98 % en operación normal, la NCU minimiza la pérdida de energía y las emisiones de CO2, y al permitir una inversión más modesta en rectificadores de alta eficiencia, la NCU reduce los costos de capital. Si lo suma todo y escala en toda la red, los ahorros serán significativos.
*Gerente Ejecutivo de Ofertas Globales en Vertiv