Quienes somos feministas y consideramos a la mujer un complemento importante, sino decisivo en la vida doméstica, tenemos ahora que revaluar este punto de vista por la manera como algunas mujeres que se han distinguido en la vida del país por su comportamiento en la cosa pública y por todo de lo cual fueron testigos o protagonistas tienen a los ciudadanos, que se interesan porque no sucedan episodios que somos los primeros en lamentar y de cuyo conocimiento están en vilo pendientes de conocer qué va a suceder.
Esperamos que no tengamos que llegar a la máxima que es de ocurrencia general: “aquí no pasa nada” con lo cual apelamos a la expresión que en cierta manera es la afirmación por la vía negativa que aquí si pasa algo, se quiere decir contrario a lo que se piensa; lo que dice la expresión de uso común es desear que suceda algo pero se niega la ocurrencia nada si lo que convierte la expresión en que aquí sí pasa algo. Aquí todo se nos va en especulaciones y los deseos porque las leyes sean aplicadas con toda objetividad y serenidad; no siempre lo que se espera que suceda, a pesar del gran respeto y admiración que tenemos por todos los miembros y funcionarios del poder judicial.
Según se sabe una fiscal de justicia y paz, Hilda Niño, con altas responsabilidades en la Fiscalía General, se vio involucrada en manejos obscuros, acusada por el delito de cohecho, al negociar una alianza con una organización dedicada al narcotráfico de la cual obtuvo ingresos ilícitos, desde luego. Ahora quiere acudir a la figura de cooperación con la justicia que es lo que se llama el principio de oportunidad, poniendo de presente todo lo que sabe sobre la corrupción en el sitio en donde se desempeñó. Si tiene las pruebas de lo que va a informar, esta actuación involucrará a los que fueron sus superiores y compañeros de trabajo. Si es cierto lo que se supone que va a ser el uso del principio de oportunidad, con lo cual según se entiende conduce a la reconsideración de su condena y seguramente a las condiciones en las cuales será recluida, pondrá ante el conocimiento de la justicia y por consiguiente de la opinión pública, hechos que ojalá no se limiten al relato de sus suposiciones, sino que correspondan a la realidad. La opinión pública lamentaría que todo lo que diga sea cierto, pues sobre el cuerpo judicial se mantienen admiración y respeto, sentimientos que se verían lastimados.
Pero como si esto fuera poco, estamos pendientes de lo que diga la Merlano, ahora bajo la tutela y protección de Maduro. Todo lo que anunció desde Venezuela debería haberlo informado cuando estuvo aquí detenida antes de su escape. Pero prefirió acogerse a la tutela y protección de Maduro para anunciar todo lo que anunció va a decir. El asilo le será dispensado; pero es usual que un asilado no debe opinar sobre asuntos políticos de su país, es la norma.