Con infinito asombro leí el escrito de doña Piedad Córdoba en un portal de noticias en el cual, con ocasión a su intervención ante la Comisión de la Verdad (CEV), invitó a comparecer ante este ente a un grupo de empresarios generadores de empleo en calidad de lo que ella denominó “partícipes y testigos directos del genocidio étnico y etnocidio en Colombia”.
Como todos conocemos la CEV se creó en el marco del proceso de Paz entre el gobierno Santos y las Farc como mecanismo extrajudicial para conocer la verdad de lo ocurrido en el marco del conflicto armado y contribuir al esclarecimiento de las violaciones cometidas. ¡Tamaña tarea!
Entre el listado de reconocidos empresarios citados por doña Piedad, nombró a Jean Claude Bessudo, presidente del Grupo empresarial turístico Aviatur, que a febrero 2020 empleaba a más de 5 mil personas.
Dicho lo anterior, con doña Piedad estoy absolutamente de acuerdo en algo y es que los empresarios sí deben comparecer ante la CEV como ella lo pide, pero ojo, creo deberían constituirse en víctimas de las guerrillas narcoterroristas y así dejar histórico registro de las graves afectaciones vividas por este importante sector generador empleo y progreso para miles de familias, en muchas regiones de Colombia.
En el caso de Bessudo, contrario a las afirmaciones de doña Piedad, por ejemplo, empleó a más de 200 familias provenientes de las veredas Calabazo, El Trompito, Las Tinajas y Cañaveral durante 15 años en la Concesión Parque Tayrona, lugar donde no conocían la palabra empleo digno y mucho menos la expresión seguridad social.
Asimismo, que los mismos Mamus Mayores del pueblo Arhuaco, en encuentro realizado en 2018 en el sitio sagrado Nabusimake le pidieron, previa consulta con la madre naturaleza, “que se quedara operando el Tayrona y siguiera generando empleo para comunidades”.
Ni qué decir, contrario a las aseveraciones de doña Piedad, la contratación de más de 250 afros de la Isla Barú, quienes encontraron en el Hotel Las Islas, propiedad de Bessudo, su más grande fuente de ingreso y sostenibilidad. Adicionalmente el empresario le otorga al pueblo servicios médicos 24 horas, medicamentos, agua potable ante la ausencia de acueducto y un programa de empleo para mujeres afro madres cabeza de hogar.
Tampoco podemos olvidar las graves afectaciones que vivió Aviatur con ocasión del conflicto armado. Recordemos el novedoso aerodeslizador que quiso implementar entre Cartagena y Mompox que fue baleado por la guerrilla en Zambrano, Bolívar; tampoco que las bombas de estos grupos en Guapi y Buenaventura forzaron al retiro del Catamarán Nemo que viajaba a Malpelo con turistas y asistencia médica permanente, y la macabra toma guerrillera a Isla Gorgona en la que Aviatur operaba los servicios ecoturísticos, causando la dolorosa muerte de un joven oficial de Policía.
¡Doña Piedad se equivocó! Respetuosamente le sugiero ahonde sus conocimientos antes de estigmatizar a empresarios; pequeños, medianos y grandes generadores de empleo que mueven la economía de Colombia. Como ciudadanos debemos avanzar en su defensa y soporte, pero también darles garantías jurídicas y, claro que sí, siempre con estricto apego a la ley.
@CAMILOGEORGE1