“Protección a todos los excombatientes desmovilizados”
El video con el que alias ‘Iván Márquez’ debuta como aparente líder de un nuevo Grupo Armado Residual en la República de Colombia es más dramático que trágico. La rotundez física de los personajes, la aparente novedad de los uniformes, la vejez del modelo y clase de los fusiles y la escenografía parece más cercana a la que usan los niños guerrilleros de la película “Monos” o a una comparsa del Carnaval de Barranquilla, que al de un peligroso reducto de hombres armados que pretenden poner en jaque a la sociedad y al Estado colombiano. Todo es casi absurdo.
Sin embargo, la precariedad de la escenografía no puede llamar a engaño o a ilusión sobre la inocuidad de lo que representa. Ahí en ese pequeño espacio están algunos de los más experimentados, sanguinarios, fanáticos e insensatos dirigentes de la antigua guerrilla de las Farc. Es gente con una capacidad de daño muy grande, suficientemente ducha en el uso de las armas y en el sangriento oficio de la muerte, cuya escala de valores ha quedado expuesta en la traición que acaban de cometer contra sus compañeros desmovilizados y contra el acuerdo de paz que firmaron con la sociedad y el Estado colombiano.
A esa circunstancia, ya de por sí preocupante, hay que sumar la pasividad o la franca complicidad del gobierno de la República Bolivariana de Venezuela con esa nueva banda criminal o con el viejo Eln. Desde Granda, que se paseaba gordo y orondo por las calles de Caracas hasta su captura por agentes colombianos infiltrados; pasando por alias “John 40”, de las antiguas Farc que desde hace mucho rato tiene base en Venezuela; hasta alias “Pablito”, del Eln, que desde su sospechosa fuga de manos del Inpec está cómodamente instalado en ese territorio. Todos han encontrado refugio en ese país desde el cual operan con la seguridad de tener esa retaguardia fija y confiable para ellos.
Todo ello representa ahora un reto de seguridad para las Fuerzas Armadas y para los organismos de inteligencia nacional que si bien no es nuevo, pues el escenario está calculado desde hace rato en los planes estratégicos de las FF.AA., sí es actual. Y en esa respuesta necesaria que el Estado debe tener contra ese nuevo Grupo Armado Residual la primera medida que necesariamente debe tomar, no solo el estamento armado sino todas las agencias del Estado, es la protección de todos los excombatientes desmovilizados para evitar su reclutamiento por esos ex jefes, que una vez traicionado el acuerdo de paz intentarán revalidar la ascendencia o simpatía que antes tuvieron sobre esos hombres y mujeres, ahora en proceso de reinserción, para regresarlos al lado oscuro.
Ojalá el Estado colombiano sea capaz de responder pronta, eficaz y legítimamente a este nuevo reto para que no se incurra, otra vez, en esa ‘especialidad’ tan propia de la República de Colombia de no atender los problemas desde su inicio y no dejarlos crecer. Amanecerá y veremos, dicen todos, menos ‘Santrich’ y sus secuaces, que no ven, ni quisieron ver.
@Quinternatte