DIEGO ARANGO | El Nuevo Siglo
Lunes, 3 de Diciembre de 2012

Nombramiento de cardenales

 

De la misma manera como el Espíritu Santo baja en los conclaves para inspirar a los cardenales electores del Colegio Cardenalicio para elegir el nuevo Papa, éste es inspirado por Dios para nombrar cardenal.

Eso sucedió con el nombramiento de monseñor Rubén Salazar Gómez como nuevo cardenal activo de la Iglesia colombiana. Tenemos dos cardenales más que son los monseñores Darío Castrillón Hoyos y Pedro Rubiano Sáenz pero por ser mayores de 80 años se encuentran eméritos. Con este nombramiento monseñor Rubén Salazar es el único cardenal del país que podrá asistir como elector o ser elegido Santo Padre en el Colegio Cardenalicio.

Este purpurado es el máximo título o dignidad que un sacerdote pueda alcanzar en su vida religiosa, desde luego antes de poder ser nombrado Papa.

El cardenalato es una dignidad que se inicia en la Edad Media, pero fue por el año 1059 bajo el papado del sumo pontífice Nicolás II en la Constitución in nomine domine, determinó que la elección del sucesor de Pedro se hiciera a través de un colegio de cardenales exclusivo que se reuniría de manera expresa para la elección del nuevo Santo Padre de la Iglesia Católica. A partir de ese tiempo la elección se viene dando por los cardenales. Con monseñor Rubén Salazar aumenta a 21 el número de cardenales latinoamericanos entre los  120 electores del Colegio Cardenalicio.

Dios inspira al Santo Padre para el nombramiento de los nuevos cardenales. Desde luego que se hace un profundo análisis de la persona, su vida, su entrega, su rigor doctrinal, el compromiso que tenga con la fidelidad dogmática y todo esto es avalado por el Nuncio Apostólico quien da fe de las calidades del postulado.

Colombia pues tiene su nuevo Cardenal y los católicos nos alegramos y bendecimos este nombramiento que servirá para el crecimiento de nuestra Iglesia y para la profundización de la fe.

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*Presidente Canal Teleamiga Internacional