Diego Arango* | El Nuevo Siglo
Jueves, 21 de Enero de 2016

AÑO JUBILAR

El valor de la misericordia

“Es la disposición de perdonar y reconciliar”

 

En este año jubilar, el Santo Padre abrió las puertas a la misericordia, que es una actitud hacia la vida y hacia nosotros mismos que muchas veces no nos perdonamos, pues a veces nos juzgamos y condenamos por nuestros errores o por el inmenso peso de nuestros mismos pecados. La misericordia es la disposición divina de perdonar y reconciliar. Dijo el papa Francisco, "Dios siempre perdona a los pecadores, no se cansa de perdonar", lo que se entiende que tenemos un Dios misericordioso, que se compadece de nuestras miserias y nos brinda todas las oportunidades para la salvación eterna. Desde luego que esto no significa que en el pecado nos mantengamos y cínicamente pensemos y actuemos  como dice el refrán popular: "el que peca y reza empata". No, esa no es la misericordia, es la disposición permanente de perdonar cuando existe el verdadero arrepentimiento y la firme promesa de no volver a pecar.

 

El Papa es un espectacular representante de la misericordia y quiere llevar a todos los fieles al seno del Señor, sacarlos de sus pecados y acogerlos en  nuestra Iglesia Católica, porque muchos bautizados y pecadores han abandonado nuestra religión por sentirse renegados a causa de sus errores. En su catequesis iniciada respecto a la misericordia, el Santo Padre nos recuerda al Dios misericordioso, aquel que en el éxodo se le autodefine a Moisés diciéndole: "El Señor, Dios es misericordioso y bondadoso, lento a enojarse y pródigo  en el amor y fidelidad". Lo mismo que su Hijo, quien nos enseñó su misericordia perdonando a la mujer adúltera. También nos recuerda el pasaje del  hijo pródigo en el Evangelio. Sí, Jesús es misericordioso, él reprendió a los fariseos diciéndoles: "vayan pues, aprendan lo que esto significa, quiero misericordia y no sacrificio"(Mateo 9: 10-13 y 12: 1-7).

 

La misericordia no solo se expresa en su valor como la capacidad de perdonar, de no juzgar y menos condenar. La misericordia es no hablar mal del prójimo, cuidar la lengua que es la más traicionera de todas cuando colocamos a nuestros semejantes en tela de juicio por falta de compasión y cuando creemos que quienes no piensan como nosotros son unos infieles. La misericordia son obras por los más necesitados.

El nombre de Dios es misericordia, dice el papa Francisco y en esa frase resume la grandeza de nuestra religión, se expresa en el Evangelio y se entiende el verdadero significado de la venida de Jesús a esta tierra, a redimir a los pecadores y a mostrarles la divina gracia de la misericordia. Vino a salvarnos y brindarnos la vida eterna. ¡Oh mi buen Jesús, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego y del infierno, lleva todas las almas al cielo, especialmente las más necesitadas de tu infinita misericordia!  Amén.

 

 presidencia@teleamiga.com

*Presidente Canal Teleamiga Internacional.