DIEGO ARANGO | El Nuevo Siglo
Jueves, 23 de Octubre de 2014

TRASCENDENTAL TEMA

Hablar de paz

 

Hablar de paz fue la invitación que el presidente Juan Manuel Santos le hizo al expresidente Álvaro Uribe. Desde luego que es conveniente que Gobierno y oposición dialoguen sobre este trascendental tema nacional, pues si la guerrilla quienes han sido los enemigos del país, lo están haciendo desde hace dos años, por qué no dos sectores democráticos elegidos popularmente, de cara a la Constitución, que en algún momento gobernaron juntos y que ambos, aunque con métodos muy diferentes, quieren la paz. Entonces así que ellos no puedan reunirse a hablar de la paz y entender las motivaciones y preocupaciones de ambos sectores frente al proceso que se viene adelantando.

Por supuesto que hablar no significa que la oposición deje de ejercer su función, que sus críticas y preocupaciones queden desechadas. No, es conocer de primera mano los pormenores y lograr un mejor entendimiento, hacerle ver al Gobierno los riesgos por los que pueden estar pasando y lo que podría suceder al, país si se extralimitan en sus  concesiones. Ese documento titulado las 52 capitulaciones debe ser examinado con rigor por el Gobierno y no descalificarlo de una sola leída, es un trabajo serio y disciplinado del Centro Democrático. Pero a su vez este partido también debe conocer mayores detalles y tiempos de las negociaciones y no solo presumir que se va entregar al país, cosa que sería impensable.

La oposición es saludable a la democracia, más aún cuando esta se ejerce responsable y constructivamente. La oposición no solo significa tirar piedras desde una orilla y dejar que las cosas queden así. Hay que dialogar y entender la complejidad del proceso de paz, las verdaderas intenciones del Presidente y su Gobierno, saber si realmente lo que busca es la paz con una guerrilla nociva que lleva 60 años destruyendo el país y acabando con la tranquilidad de su gente a cambio de nada.

Yo como ciudadano común y corriente sí quiero que se acaben las Farc y estoy dispuesto a aceptar, en contra de mis convicciones democráticas, que ellos se inserten en la política a cambio de no más muertes y delincuencia. Confieso que me cuesta porque soy consciente del enorme daño que han hecho a mi patria, pero si queremos terminar ese conflicto, debemos aceptar algunas cosas en las que no estamos de acuerdo, si no, nunca acabaremos con ese flagelo. La oposición puede ser muy valiosa en este proceso si lo hace con firmeza en sus convicciones y con responsabilidad patriótica.

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*Presidente Canal Teleamiga Internacional

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