DIEGO ARANGO* | El Nuevo Siglo
Jueves, 28 de Agosto de 2014

La fantasía de los celulares

 

Es increíble cómo el teléfono celular penetró en la vida de las personas. Nunca antes en la humanidad un elemento había sido tan útil y necesario para la gente. La humanidad ha venido cambiando vertiginosamente a raíz de este pequeño aparato que ha transformado los hábitos de las personas. Desde los más oportunos servicios hasta la muerte. Desde que este invento se puso en manos del hombre a comienzos de la década de los 90, la comunicación fluyó de manera sorprendente, pues uno puede hablar desde el carro, la calle, a pie, el baño, desde el campo, el cine, en fin, donde se encuentre.

Los fabricantes introdujeron algunos servicios extras como la cámara fotográfica, luego el vídeo, más adelante agendas. Cuando salió el sistema digital se le incorporó estado del tiempo y luego lo más sorprendente la conectividad, se le colgó Internet a través del plan de datos y ahí sí fue una verdadera revolución, al punto que todo lo que usted se imagine se puede hacer con el celular. Vean esto, desde mi celular yo puedo ver mi casa y mi oficina,  todo lo que pasa en el interior y exterior desde cualquier parte del mundo donde me encuentre. Puedo acceder a toda mi información personal, a la web, puedo comunicarme por audio y vídeo y ver a cualquier persona con quien esté hablando en vivo y en directo, tomarle fotos, grabar vídeo, acceder a las redes sociales, sostener una conferencia, almacenar todas las fotografías que se me antojen y crear álbumes maravillosos. Puedo localizar cualquier dirección del mundo y verla físicamente, a mí me pueden también localizar y saber exactamente donde me encuentro desde otro celular. Desde mi celular puedo escribir todo lo que quiera hasta un libro, llevar mis cuentas, hacer presentaciones, tener juegos y muchas otras aplicaciones que sería interminable nombrarlas. Pero lo más sorprendente son ahora los relojes celulares que comienzan a salir, se sincronizan con el celular y desde ahí se puede hacer lo mismo que enuncié anteriormente. Además me controlan qué distancia recorro diariamente en pasos y kilómetros, me mide el gasto de calorías diarias y cada vez que quiero saber cómo está mi ritmo cardíaco me da las pulsaciones por minuto. Con el reloj celular puedo tomar fotos y vídeo, ordenarle por voz que haga mis llamadas, preguntarle lo que quiera y él me da respuestas inteligentes. Me da la temperatura del día de donde esté y de cualquier ciudad del mundo. Puedo hacer planes de ejercicio midiendo la distancia, el tiempo y esfuerzo. Me notifica toda la actividad virtual y si se me pierde o se lo roban tiene un localizador imposible de desactivar mientras esté prendido.

Con toda esta fantasía vemos cómo el mundo avanza y según las proyecciones esto no queda ahí, pues el celular no solo se ha convertido en el asistente personal sino que empezamos a depender de él para muchas cosas en nuestra vida cotidiana. También ha causado desgracias, pues se ha perdido la privacidad ya que la gente a veces abusa en las redes sociales, se ha prestado para delitos y hasta mucha gente ha muerto a causa del celular, en infidencias, robos y atracos. El celular es un invento maravilloso puesto por Dios al servicio del hombre, llegó a la vida para quedarse y para influir más y más en ella, pero debemos saber manejarlo, no permitir que nos domine y controle nuestra privacidad, dosificar su uso y entender que es solo una herramienta de servicio pero no el mejor amigo.

www.diegoarango.com

*Presidente Canal Teleamiga Internacional