Seguridad ciudadana, clamor nacional
Hoy en Colombia, en especial Bogotá, la gente reclama desesperadamente la seguridad ciudadana. Más allá de todos los asuntos por resolver que tiene un país y una ciudad, la seguridad es primordial para el desarrollo de la vida normal y tranquila. De nada sirven otras cosas, pero cuando el ciudadano percibe que su integridad y la de su familia se encuentran en riesgo, sus índices de productividad bajan. La inseguridad está tocando todos los niveles, desde los más ricos hasta los más pobres, todos somos potenciales víctimas. Los ricos tienen mayores oportunidades de protección, pero aun así mismo reciben fuertes golpes contra su integridad. Los pobres son más vulnerables ya que estos no gozan de ninguna seguridad, a ellos también los atracan y les quitan los pocos pesos que llevan o sus celulares y relojes, les saquean sus casas llevándoseles los electrodomésticos o lo poquito que tengan y como estos reaccionan evitando el robo y auto protegiéndose, los terminan matando.
Es sólo observar las estadísticas criminales donde la gente pobre son las principales víctimas: niños, jóvenes, adultos mayores, en fin todos los ciudadanos sin importar la edad, el sexo o la condición social o económica somos objetivos de la delincuencia. La policía recientemente reveló que casi un millón de celulares se roban en un año, la gran mayoría por atraco y raponeo, el resto por cosquilleo. Miles de estos robos terminaron con la vida de muchos ciudadanos. Ahora que decir de los asaltos a residencias, sean apartamentos o casas, existen numerosas bandas organizadas que diariamente cometen entre dos a tres asaltos, intimidando a los habitantes, amarrándolos y golpeándolos. Esta modalidad viene de años atrás bajo el engaño de ser trabajadores de servicios públicos o simplemente violentando cerraduras y metiéndose a los hogares. Los negocios también son víctimas de los asaltos armados, los cajeros automáticos, el paseo millonario, el fleteo en los bancos y el simple atraco en la calle a los ojos de todo el mundo. Gente que va a pie y son abordados por dos o tres asaltantes que le ponen puñales o revólveres a la luz del día y en vías centrales despojándolos de sus pertenencias y propinándoles heridas si se resisten. Y ni que decir en los semáforos donde otros atracadores indigentes o disfrazados rompen vidrios de los carros, en especial a mujeres solas, a cualquier lugar u hora del día irrumpiendo violentamente en el interior y llevándoseles sus paquetes o carteras. No podría dejar de enumerar los robos de carros y motos, como también los robos por internet. Es decir estamos en manos de la delincuencia.
Qué hacer ante semejante problema ciudadano. Creo que debe proponerse un plan de choque muy severo con las autoridades. El presidente y los alcaldes deben plantearle al congreso una situación de emergencia que permita mayor agilidad, compromiso y efectividad en la justicia que es la principal responsable del incremento delincuencial por su laxitud y ausencia de castigo. De igual manera con la policía que en muchos casos se desentiende de la situación y en otros actúa con complicidad. Pero definitivamente hay que hacer algo y rápido, porque al paso que vamos terminaremos peor que Venezuela, que se convirtió en uno de los países más inseguros del mundo. Por lo pronto, Cali ya ocupa el sexto lugar de los más peligrosos del planeta.
*Presidente Canal Teleamiga Internacional.