DIEGO ARANGO* | El Nuevo Siglo
Jueves, 26 de Septiembre de 2013

Efectos de la brujería

 

La brujería es una práctica satánica que procede de tiempos inmemoriales. Esta se manifiesta a través de ritos que producen hechizos y conjuros a personas por delegación de aquellos que quieren hacer el mal o simplemente lo utilizan para alcanzar el éxito en sus proyectos personales o colectivos. La brujería es una mala práctica que contamina el alma de quienes la practican, porque se relaciona de manera directa con espíritus que son agentes del mal proveniente de los avernos. En la brujería siempre hay un pacto que debe cumplirse, pues aquel que acude a una práctica de este tipo se contamina de inmediato con esas fuerzas invisibles del mal, que después no lo abandonan. Puede producir los efectos que se desean, esto está comprobado, pero a la larga las consecuencias de quienes lo realizan son desastrosas.

Mucha gente acude a la adivinación por medio de la lectura de cartas, el tabaco, la taza, otros solicitan al brujo, bruja, hechicero o hechicera que les den buena suerte en el amor, el dinero o el poder. Les funciona y lo malo es que al ver la efectividad permanecen y profundizan sin percatarse que están vendiendo su alma al diablo. Esto que les comparto es una realidad que pareciera fantasía, pero así es y mucha gente, más de lo que uno piensa acude a estas prácticas por desespero, ambición o curiosidad y ahí se quedan. Con el tiempo ellos comienzan a experimentar su propia ruina, sus deseos y anhelos dejan de cumplirse, les vienen los problemas, se pierde la paz y tranquilidad que parte del espíritu que ya está corrompido. Sus relaciones sentimentales, personales, familiares, sociales y laborales van en declive. La persona entra en el desespero sin percatarse de que está pagando la deuda comprometida con los agentes del mal, pues ya le habían dado mucho y ahora le cobran con altísimos intereses. Esto son sólo algunos aspectos de esas insensatas y nocivas relaciones en que la gente cae.

Pero lo grave de todo esto no son sólo los efectos individuales de la persona comprometida con la brujería; la ruina se traslada a sus seres queridos, porque el virus contamina a los demás. Entonces vienen accidentes, muertes violentas, enfermedades, quiebras y fracasos en los familiares y se pregunta la razón. Luego eso continúa su trabajo, se expande hacia la sociedad y asimismo a las ciudades y países que terminan afectados. La pobreza extrema, el hambre, la necesidad, las catástrofes producidas por el hombre: el crimen, la delincuencia, el vicio, la degradación y el narcotráfico, son efectos de la relación del hombre con el mal, pues nada de eso está en los planes de Dios. Por eso países donde se practica en alto grado estas disciplinas del mal sufren; el ejemplo lo podemos ver con Colombia, Venezuela, México, Haití y muchos otros que atraviesan por momentos muy difíciles, de crimen, pérdida de valores, corrupción, intolerancia e injusticia entre muchos otros males. Brujas que las hay las hay. Ojo con el halloween.

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*Presidente Canal Teleamiga Internacional