Entre la espada y la pared
Es muy posible que Bogotá termine este año con un nuevo alcalde, pues el actual, todo indica que podrá ser destituido o revocado. El alcalde Petro presenta una batalla por dos frentes, uno popular a través de la revocatoria de su mandato y otro de la Procuraduría, que le ha imputado pliego de cargos por haber encontrado faltas gravísimas en su actuación, relacionadas con cambio improvisado del modelo de recolección de basuras que se hizo de manera irresponsable, causando enorme detrimento patrimonial al Distrito y generando pánico ambiental.
Petro se encuentra entre la espada y la pared, pues se ve muy difícil que pueda superar las dos acusaciones que lo acosan. Mientras tanto la ciudad se encuentra a la deriva, ya que el Alcalde no tiene espacio físico, mental ni anímico para atender las tareas normales de todo mandatario, el fantasma de su salida lo persigue. Lo grave del asunto es que el mismo Petro fue el promotor de sus propios males; a falta de capacidad administrativa enfocó su gestión a la pelea y confrontación, de la misma manera que lo hacía en la arena política como congresista o en la clandestinidad como guerrillero.
Lo que sí queda claro es que Bogotá se equivocó en elegir a Petro como alcalde, una persona sin preparación gerencial, sin conocimiento adecuado de la administración pública, sin formación ejecutiva y con una profunda vocación pendenciera, es decir, un perfil totalmente contrario a lo que debe ser un verdadero administrador para Bogotá. Lo malo es que la ciudad es la que sufre, pues sólo es ver su estado en las calles, la invasión de vendedores ambulantes, la inseguridad en todas las zonas, el pésimo servicio de aseo, la imagen de las fachadas, puentes y paredes llenas de pinturas y grafitis vulgares, el caos vehicular, el incremento de la prostitución callejera, el mal estado de la malla vial y con escasas obras para arreglarlas y así todas las improvisaciones fallidas del señor Alcalde. Grandes soluciones al transporte como el Metro, la Avenida ALO, nuevas vías, la siguiente etapa de Transmilenio por la Boyacá, se encuentran estancadas y el Plan de Ordenamiento Territorial que debe ser aprobado, está en el limbo cuestionado por el Concejo. Entonces preparémonos para darle la despedida a otro grave error de Bogotá que eligió a alcaldes como Samuel Moreno y Gustavo Petro sin medir las consecuencias de su falta de honestidad en uno e incapacidad administrativa en el otro.
*Presidente Canal Teleamiga Internacional
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