Diana Sofía Giraldo | El Nuevo Siglo
Viernes, 4 de Marzo de 2016

PREVENCIONES NO SON EXAGERADAS

Van por Uribe

LA detención de Santiago Uribe Vélez es un globo de ensayo para medir la reacción de la opinión,  tomarle el pulso a Colombia y distraernos cuando se necesita la máxima concentración para saber qué se firma realmente  en La Habana.

Debo reconocer que cuando escuché decir por primera vez que la Izquierda Internacional no descansaría en su obsesión de extraditar al Presidente Uribe, me parecía  descabellado y desfasado.

Lo mismo me sucedía al oír "voces alarmistas" que anunciaban los riesgos de contagio del socialismo del siglo XXI. Las prevenciones sonaban exageradas y algunas  caricaturescas. Nos afirmaban, entonces, que eran fabricaciones de "la derecha" para asustarnos, y de puros ingenuos  creímos esa explicación.

Ahora es  claro que la captura de Santiago Uribe es parte de un plan sistemático, que cumple varios propósitos:

1. Distraer el frente interno mientras se firma  el acuerdo sobre justicia, así sea lo único que se firme. Será el triunfo histórico de las Farc. A partir de ese momento podrán proclamar a los cuatro vientos lo que repiten en privado: "la sacamos del estadio".

2. Esta operación  distractora se asemeja a la incursión proselitista armada en Fonseca, corregimiento de Conejo, que fue provocadora, escandalosa, retadora,  diseñada para entretener el frente interno y sostener con el Gobierno un pulso que lo mantenga temeroso de poner en riesgo la foto de la firma de la "paz", que se tomaría utilizando la presencia del   Presidente Obama en  Cuba, ya que no la lograron con el Papa Francisco, durante su visita a la isla.

3.- Tener en jaque al expresidente Uribe, tratando de ocuparlo en su propia supervivencia y la de su familia, mientras le hacen creer en el espejismo de una Asamblea Constituyente.

Van por él. Hay que creerles a Diosdado Cabello y al abogado de las Farc, Enrique Santiago, quienes, en  declaraciones dadas a lo largo del proceso, siempre han dicho que no hay inmunidad para los expresidentes y que van por Uribe.

4. Empujar a  uribistas y militares hacia  la jurisdicción especial para la paz,  arrinconándolos, para que no dejarles ninguna otra salida. La presión mediante persuasivas visitas a militares presos y a los exministros de Uribe para que usen esa jurisdicción, confirman el temor del exministro Jaime Castro. No es la jurisdicción con minúscula. ES LA JURISDICCIÓN. Y a unas personas encarceladas, varias  injustamente ¿cómo pedirles que se sacrifiquen para salvar, si acaso, las  instituciones y la democracia?.

Los gobiernistas a ultranza y  la mayoría de los medios parecen haber perdido la razón en cuanto a la gradualidad de las penas y a  la gravedad de los delitos. Ahora todos los crímenes son iguales. Parece que fuera más grave una supuesta "recomendación" burocrática del exministro Diego Palacio que el bombazo al Nogal o los cilindros de gas  que destrozaron a  los refugiados en la iglesia de Bojayá.

5.- La entrada en vigencia del revanchismo. Porque  si esto sucede antes de firmar el acuerdo ¿qué vendrá cuando entre en funciones un tribunal elegido con el guiño de las Farc? Comienzan con Uribe pero las cosas no paran ahí. Sigue Samper. Y después Santos. Y terminaran desenterrando mandatarios  para juzgar sus restos, en una locura de venganzas retroactivas

Entonces no tendremos ni siquiera la paz de los sepulcros.